La mantequilla tiene una grasa que alimenta la queratina del pelo dejándolo suave y brillante.
Para poder elaborar esta mascarilla con garantías es importante que la mantequilla que utilicemos sea mantequilla que no contenga sal. De contener sal el cabello quedaría reseco y esto es justo lo que no queremos.
Aunque pueda parecer que va a ser complicado después retirarla, no es así y lo normal es que después con un solo lavado con el champú habitual podamos retirarla perfectamente del cabello lo cual viene bien porque tampoco es bueno lavar muchas veces el cabello con champú.
Modo de preparación
Para aplicar este truco casero antes de nada debemos ponernos alguna camiseta que no usemos y no nos importe manchar o bien colocar bien un paño para taparnos.
Después de esto nos peinamos y después de ello rociamos nuestro pelo con agua caliente para que la cutícula se vaya abriendo.
Cuando tengamos el cabello húmedo comenzamos a poner la mantequilla.
Lo que se puede hacer es ponerla durante unos segundos a posición muy suave en el microondas, para que queda más suave y sea mucha más fácil de aplicar.
La aplicamos prestando especial atención a las puntas que suelen ser las partes del pelo más dañadas.
Después de haber aplicado bien la mantequilla (una media taza suele ser suficiente) lo que haremos es envolver el cabello con una toalla pequeña que esté húmeda y caliente, pero no tan caliente como para que nos queme.
Después de la toalla nos ponemos un gorro de baño por encima y nos mantendremos así durante media hora.
Después ya nos lavamos el pelo como siempre con agua y champú.
Cuando el cabello está muy dañado podemos aplicar esta mascarilla 2 o 3 veces a la semana.