Existen infinidad de combinaciones. Si no tienes mucha práctica trenzando, puedes empezar por la más simple, usando solo tres cabos. A medida que vayas dominando la técnica podrás probar a hacer otras trenzas, como la de raíz o la de espiga, e incluso usar cuatro o cinco cabos. ¡Tú eliges! Estas, por ejemplo son van en la parte trasera de la cabeza o ladeadas. Son las más sencillas de hacer.
También puedes apostar por hacerlas en forma de corona o diadema. Se hacen intercambiando los cabos con el resto de tu pelo, de hecho muchas son en parte de raíz para conseguir ese efecto. ¡Es un look muy dulce!
Aunque claro, en recogido también quedan preciosas. Con una elaboración muy simple se pueden conseguir verdaderas obras de arte. ¡Los de aspecto desenfadado son ideales!
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