Emma Stone lució un precioso diseño de gasa bicolor y con escote a pico que, unido al cinturón joya, creaban un resultado increíble. Tilda Swinton sobria y geométrica, como suele ser ella, pero muy refinada. Helen Mirren en azul noche y con un diseño muy favorecedor y acorde a su edad, mientras que otra de las mujeres maduras, Julianne Moore, derrochó sofisticación con superposiciones en negro.
Jessica Biel, que iba muy guapa, parece llevar el mismo vestido que lució Leighton Meester el año pasado. La joven actriz de Glee, Lea Michele, no para de sorprendernos cada día sabiendo escoger lo que le favorece y explotando su lado más sexy. Claire Danes en blanco y negro, sin arriesgar demasiado pero manteniendo la compostura. Igualmente vimos a Kate Winslet, con tonos idénticos pero con una vuelta de tuerca de negro arriba y blanco abajo. Jessica Alba optó por algo de pedrería y los tonos lilas, sencilla y guapa.
Las grandes decepciones de la noche fueron aquellas a las que se esperaba ver espléndidas y que se presentaron más bien del lado de los errores. Tal es el caso de Michelle Williams, con una especie de leopardo azul, Mila Kunis, con un diseño que para nada le hacía justicia, y Natalia Portman, que sumaba volumen a sus caderas y años a su edad.
A Eva Rachel no sé si alabarla por su originalidad, o rechazarla por su aspecto de pavo real. Madonna se decantó por demasiados pliegues en su falda que, junto con el cuerpo de pedrería, quedaban demasiado recargados. Ree Whiterspoon iba tan sobria y sencilla que resultaba aburrida, además, el escote no era nada apropiado para ella. Otra que no nos decía nada con su look fue Rooney Mara.
En contraposición, Salma Hayek prefirió apostar por el Art Decó con no muchos resultados. Amanda Peet con estilo retro pero no muy bien llevado, parece más ancha y da un aspecto muy de camisón. Lo mismo le ocurre a Andie Macdowell, quien parece tener tripita con este modelo satinado. Nicole Kidman llevó un diseño muy bonito que, sin embargo, quedaba fatal con el tono de su piel.
Totalmente desafortunado fue el estilismo de Emily Watson, a la que no favorecían ni el vestido, ni los complementos, y lo mismo ocurrió con el diseño de sirena de Kelly Osbourne que, junto a su cabello gris, le sumaba años. Un tras pies en toda regla fue, sin duda, el de Sarah Michelle Gellar, a quien parecía que le destintaron una caja de bolígrafos antes de salir de casa.
Fotos: Vogue
¿Cuáles son vuestras mejor y peor vestidas?