Para lucir una piel del rostro sana y luminosa, uno de los pasos más importantes es mantenerla limpia. El maquillaje –en el caso de las mujeres–, el humo de los coches, de los cigarrillos y la polución en general, ensucian la cara día tras día. Por ello, es recomendable limpiarla con una frecuencia de dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. Si dos veces no es posible, lo que no hay que saltarse nunca es la limpieza nocturna. La higiene matutina prepara el rostro para absorber los distintos tratamientos que nos pongamos después. La limpieza de por la noche eliminará los restos de maquillaje y la suciedad que se haya fijado en el rostro. De este modo, la piel descansará mejor y se verá cada vez más bonita, cuidada, tersa… ¡y joven!
Hombres y mujeres
La higiene del rostro es aplicable a cualquier edad y género. Para las mujeres se encuentran en el mercado limpiadoras en forma de leche, geles, espumas, etc. Tanto una presentación como otra son igualmente útiles, aunque suele ser más recomendable la leche para pieles secas y los geles para las grasas. Para los hombres, importantes firmas cosméticas tienen a la venta geles específicos para la piel masculina.
Sistema de Limpieza Cepillo Facial SkinPro de Oriflame. PVP: 40 €.
Exfoliación de forma periódica
Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han dedicado parte de su tiempo a exfoliarse la piel con métodos diversos. En la Antigüedad se utilizaban productos naturales como el azúcar, cuyos granitos realizaban la labor de abrasión que un exfoliante requiere. Hoy en día, la mayoría de casas de cosmética disponen de distintos exfoliantes adaptados a cada tipo de piel. La exfoliación no es más que una limpieza en profundidad que, realizada con suavidad, aporta múltiples beneficios, como una óptima regeneración epidérmica. Con la exfoliación se retiran las células muertas, un proceso que la piel realiza de forma natural, aunque con los años se va ralentizando. Por ello, cuantos más años tengamos, mayor debe ser la frecuencia con la que exfoliemos nuestra piel. Si tienes el cutis graso, la frecuencia debe ser más alta que si es seco. Es recomendable la exfoliación tanto del cuerpo como del rostro, aunque los productos son diferentes dependiendo de la zona a tratar.
La exfoliación corporal puedes hacerla con un gel que limpia y exfolia al mismo tiempo, así aprovechas el gesto de la ducha para hacerlo, sin incremento de tiempo. Hazla cada dos o tres semanas o antes de algún tratamiento específico. Por ejemplo, si vas a empezar con un anticelulítico, o quieres aplicar un producto autobronceador. Así la piel queda perfectamente limpia, lisa y uniforme y más predispuesta a recibir los activos del tratamiento posterior.
Para el rostro encontrarás productos con micropartículas o también mascarillas peel off, cepillitos faciales eléctricos e incluso toallitas con acción exfoliante. Es cuestión de elección, todos son buenos.
Cada cuánto debes exfoliarte
A modo orientativo, para pieles de normal a grasas menores de 40 años, es suficiente con una exfoliación quincenal. A partir de los 41 años, la frecuencia debe ser semanal. En el caso de pieles secas jóvenes, una exfoliación mensual es lo óptimo. Para las pieles secas maduras, la frecuencia sube a una vez cada quince días. Recuerda que la zona del contorno de los ojos es demasiado fina y no conviene someterla a una exfoliación