El desfile o/i 2020 de Giorgio Armani que se celebró a puerta cerrada para evitar contagios.
Desde que el COVID-19, también conocido como coronavirus, se detectara el pasado diciembre en Wuhan (China), muchos países han sido los que han sufrido centenares de infectados en sus regiones. Con más de 140.000 casos en todo el mundo, el virus ha logrado paralizar el planeta. La rapidez con la que se extiende la enfermedad ha llevado a varios países a cerrar sus fronteras con China y también con Irán. Además, Estados Unidos decidió el 12 de marzo prohibir la entrada de los vuelos de países europeos, a excepción del Reino Unido. La economía mundial se resiente y, por supuesto, la industria de la moda también se ve afectada por la ya declarada pandemia.
Camiseta de Zara Woman, desfile o/i 2020 de Gucci y una pareja en el street style de Dolce & Gabbana con mascarillas.
El pasado mes de febrero, las presentaciones de las colecciones otoño-invierno 2020 daban el pistoletazo de salida en la Semana de la moda de Nueva York. Con una leve preocupación, las firmas americanas celebraban con normalidad los desfiles y todos los invitados al show acudían a los eventos con total serenidad. Dos semanas después, con el comienzo de la fashion week en Milán, la intranquilidad era más que evidente. Teniendo en cuenta que Italia se convirtió en el foco del coronavirus en Europa, muchos eran los que acudían con mascarillas a las pasarelas e incluso algunos se negaban a asistir a las presentaciones por miedo a contagiarse. Ante el mayúsculo aumento de transmisión, Giorgio Armani decidió presentar su colección a puerta cerrada, y siendo retransmitido tan sólo por las redes sociales, como medida de precaución ante la alerta. La Alta Costura de París continuó con la preocupación cuando seis marcas chinas que decidieron no participar por el virus.
China representó el 40% de las ventas del sector del lujo el pasado 2019 y tras su paralización, la industria ya prevé caídas millonarias en sus ventas.
Por otro lado, las rentables colecciones Crucero que se muestran en primavera, han sufrido repentinas cancelaciones. Burberry, Chanel, Gucci, Versace, MaxMara, Ralph Lauren, Prada... Muchas son las firmas que han paralizado su actividad con intención de priorizar la salud de sus clientes y empleados. Una situación que hace replantearse a la industria su tradicional manera de presentar las colecciones en forma de desfiles. China, quien representó el 40% de las ventas del sector del lujo el pasado 2019, se mantiene estancado y la industria ya prevé caídas millonarias en sus ventas.
Una tienda de Zara y look con mascarilla de la colección o/i 2020 de The Blonds.
Pero no sólo la alta moda se preocupa ante las inevitables pérdidas económicas. Las firmas low cost, también han pronosticado las graves consecuencias a las que se van a enfrentar. El principal problema se encuentra en el lugar de las fábricas. En 2008 España tenía 13.180 empresas de confección, mientras que en 2019 la cifra era un 30% menor. Buena parte de su abastecimiento se produce en China y, debido a la paralización del país, empresas como Inditex o H&M se ven amenazadas con serios problemas de suministros en sus establecimientos.
Buena parte del abastecimiento de la moda low cost se produce en China e Inditex o H&M se ven amenazadas con serios problemas de suministros en sus establecimientos.
Mientras tanto, la industria de la moda más barata se plantea la relocalización de sus producciones a países como España, Marruecos, Turquía o Portugal, con el temor de que las fábricas europeas que, acostumbradas a un nivel de trabajo mucho más bajo, sean incapaces de asumirlo y se vean desbordados. En consecuencia, algunas empresas del sector textil deberán encarecer el precio de sus productos por el impacto económico del coronavirus.