Instantánea de la actriz Joan Crawford.
No hay nada mejor que revisitar, de vez en cuando, las películas más icónicas que nos ha regalado la industria cinematográfica. Y es que, tengo que reconocer que regresar a los orígenes del cine y descubrir la elegancia que derrochaban las actrices de la época dorada de Hollywood en cada uno de los largometrajes que protagonizaban, se ha convertido en mi nuevo hobby favorito.
En esta sección del blog, ya hemos analizado lo que, en mi opinión, llevarían en la actualidad Audrey Hepburn, Marilyn Monroe y Grace Kelly, pero si hablamos de sofisticación y empoderamiento durante los años gloriosos del cine, no se nos puede pasar por alto la gran Joan Crawford. Con una mirada imperturbable y una presencia asombrosa, la popular artista, forjó una carrera de éxitos profesionales, que la llevaron a ganar un premio Óscar y a convertirse en una de las estrellas mejor pagas de la época.
Las maxi hombreras, las pieles, los tocados y los vestidos con cuellos halter, son algunas de sus señas de identidad.
Además de una larga lista de películas y sus amplios escándalos, debido a las polémicas memorias que escribió su hija Christina Crawford, en las que tachaba a la intérprete de ser una madre excesivamente estricta y tirana, los estilismos que lució mientras saboreaba las mieles del éxito, han servido para elevarla hasta el ansiado pódium de las actrices más bellas y mejor vestidas de aquellas décadas.
Influenciada por la estética de los años cincuenta, Joan, adoraba los trajes de chaqueta y falda, generalmente monocromáticos, con cintura estrecha y con vistosos broches en las solapas. Uno de los puntos más característicos que se repiten en la mayoría de sus looks, es el protagonismo que tienen los hombros. Ya sea con la ayuda de unas maxi hombreras o con vestidos con cuello halter, en los que los brazos quedan completamente descubiertos, siendo también visible parte de las clavículas, la actriz, sentía una verdadera devoción por estructurar su figura, con prendas que dibujaran y perfilaran la zona superior del tronco.
Con el paso de los años, las pieles se convirtieron en uno de sus materiales favoritos. Tal era su obsesión, que las lucía continuamente en estolas, abrigos completos o aplicaciones en mangas y sombreros. Además, comenzó a divertirse con los complementos, apostando por arriesgados y coloridos tocados y pamelas, junto con vistosos collares y pendientes, que combinada con el resto de sus estilismos. Y cómo no recordar el inolvidable vestido de lentejuelas y flecos plateado que lució en la gala de los Óscar de 1963, en el que se presentó a recoger el premio a mejor actriz de Anne Bancroft, para incomodar a su archienemiga Bette Davis, quien también estaba nominada esa edición.
1. Vestido rosa con hombreras, Farm Rio (169.00€) 2. Pamela multicolor, JJS House (77.00€) 3. Vestido con lentejuelas y flecos, Colourful Rebel (134.95€) 4. Chaqueta camisera de gasa negra, Bonprix (19.99€) 5. Collar de perlas, Zara (17.95€) 6. Turbante de terciopelo y pedrería, Etsy (75.00€) 7. Pendientes de plata y circonitas, Gnoce (39.95€) 8. Vestido de cuadros vichy, Lauren Ralph Lauren (159.95€) 9. Zapatos negros con pulsera, Call it Spring (42.45€) 10. Chaqueta azul satinada con manga abullonada, By Malina (168.95€) 11. Estola de piel, Etsy (231.20€) 12. Broche de jazmín en plata, Hago (59.00€)