La sección de moda de El País, publica hoy este montaje que ha realizado el artista Juan Palomares Pérez para ilustrarnos en que la cirugía "cambia caras" que parecía haberse practicado Uma (a la que adoro por papeles como el de La Novia en Kill Bill), puede no ser más que una mala noche, alguna inyección de vitaminas y un cambio de maquillador.
Como podéis ver, el montaje solo ha consistido en añadir su maquillaje habitual: un poco de eyeliner, un colorete más exagerado, y unos retoques de corrector, y voilá, de repente se parece bastante más a la Uma Thurman de toda la vida. Súmale un cambio de peinado, un ángulo de fotografía extraño, y algún retoque de pequeña importacia y quizá tengamos todos los pasos de su supuesta metamorfosis.
De hecho, Uma Thurman ya ha sido víctima de más imágenes en las que se la acusaba de haberse sometido a metamorfosis extremas, como en este artículo que cita también SModa de 2014, acompañado de esta imagen.
El caso es que ante la falta de evidencia de que haya existido algún tipo de cirugía deconstructiva, lo que sí parece quedar claro es que su maquillador habitual estaba de huelga, con gripe o abducido en Marte. O quizá solo quería innovar con un estilo diferente.
Esto me hace reflexionar sobre algunas cuestiones. Las personas normales, que vivimos lejos de los focos, el estrellato y los tratamientos de belleza millonarios, sentimos cierto morbo por ver los defectos físicos de los famosos. Esto es verdad, si no no existiría el especial ARG de la revista Cuore, que mis amigas y yo devoramos cada verano. ¿Disfrutamos igualmente cuando son destrozados por el bisturí?
Por otro lado, yo soy una chica normal, no vivo de mi físico ni de mi imagen. Pero me preocupa mi aspecto en una medida que considero que forma parte de los límites de la normalidad, ni más ni menos. Pero supongo que si alguien me dijera a la cara que estoy fea, gorda o envejecida, no me sentaría bien. Si me lo dijera mi jefe, y me marginara para según que trabajos (léase productor de Hollywood) me sentaría peor. Si me lo dijeran millones de personas en las redes sociales? Bueno, hace falta estar muy bien de la azotea para soportar eso, supongo.
Y por último lugar, me llama un poco la atención el hecho de que en Hollywood se siga vendiendo que no hay papeles de peso para mujeres de la franja de edad que va a de los cuarenta y pocos a los cincuenta y muchos. ¿No interesan al público? ¿Qué narices significa eso? ¿Qué el papel de Susan Sarandon en Telma & Louis no tenía tirón? ¿Sigourney Weaver era demasiado mayor la última vez que encarnó a la teniente Ripley? ¿Negaría alguien el magnetismo de Robin Wright en su papel de House of Cards?
¿Qué opináis vosotros? ¿Os someteríais a una cirugía agresiva para cambiar vuestro rostro? ¿Lo haríais si vuestra carrera profesional pudiera depender de ello? ¿De verdad creéis que las historias de mujeres maduras siguen sin tener tirón en el cine comercial?
-Noemi
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