Y es que el colmo de los colmos para los que tenemos un poquito de conciencia ética y social, es que en vez de producir en China, se traigan China a Europa. El documental, llamado Va di lusso, se introdujo en la fábrica de uno de los proveedores de Gucci, en Florencia. Y allí muestran como trabajadores chinos con contratos a tiempo parcial de cuatro horas al día, en realidad están trabajando 14 horas diarias. Un sistema de trabajo a destajo que incluye estar a pleno rendimiento hasta las 23 horas incluso los sábados, que es objetivamente ilegal en cualquier país desarrollado.
Para colmo en el documental se desvela el precio unitario de lo que cuesta fabricar un bolso de Gucci: 24 euros. Obviamente aquí no se tienen en cuenta ni el coste de la materia prima, ni el coste del diseño o distribución. Solo hablamos del coste de la manufactura. Pero para llegar a los 1000 euros de media que cuesta un diseño de Gucci, podemos suponer que el porcentaje de beneficio por cada venta tiene un buen par de ceros.
La empresa se ha defendido argumentando que de sus más de 500 proveedores, el documental solo ha mostrado uno, y ha prometido más control a todos sus proveedores.
En Gucci dicen de sí mismos que son "el mejor de Made in Italy gracias a la mezcla inimitable de lujo y la excelencia hecha a mano moderna". Pero lo peor de esta situación es que es una empresa que está en posesión de la certificación SA8000 de la CEPAA (Council of Economical Priorities Accreditation Agency), que viene a ser un certificado de responsabilidad social corporativa, para empresas que respetan los derechos y las condiciones de seguridad en el entorno laboral. ¿Cómo se les pudo escapar este proveedor a los inspectores? La única respuesta que se me ocurre es que el sistema está igual de podrido, y que al final estas circunstancias se conocen y se protegen por las autoridades, para que podamos seguir disfrutando de esta espiral de consumismo exacerbado.
Como os decía, Gucci ha sido la última en protagonizar el escándalo en 2014, pero estoy segura que pronto podremos hablar de la primera en 2015. Lamentablemente, no es la única firma de moda de lujo que utiliza mano de obra asiática. Si os interesa este tema, os recomiendo una lectura muy interesante (y dolorosa) de la periodista Dana Thomas: Deluxe. Cómo el lujo perdió su brillo. Y si habláis italiano, en la página web de la RAI, tenéis el documental completo del que os he estado hablando.
-Noemi
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