Aunque a estas alturas, casi todas lo sabréis, no está de más dar una respuesta. Una esponja konjac es un pequeño útil para la limpieza facial, capaz de arrastrar la grasa, partículas de suciedad y de realizar una suave exfoliación. Está fabricada con el alga konjac, que tiene un gran número de propiedades y vitamina E, por lo que sirve para hidratar la piel.
Como casi todo en el mundo de la cosmética, las coreanas llevan bastantes años usándola, pero es ahora cuando nos llega a Occidente. Vienen en varios colores, aunque la más normal es la blanca. El resto de colores son la verde (combinada con arcilla para pieles mixtas y grasas) y la negra (combinada con carbón e ideal para pieles con tendencia acneica). También está la naranja, que está indicada para las pieles sensibles.
Cuando está seca, la esponja es áspera al tacto. Hay que humedecerla y la podemos usar sola o con un limpiador. Realizamos pequeños círculos (con cuidado, porque puede raspar) y notaremos cómo se va poniendo más blanda. Después sólo queda colgarla para que se seque. Hace un pequeño peeling arrastrando las células muertas y la suciedad de la piel. A partir de ahí podemos aplicar nuestro tratamiento habitual como siempre.
La podéis encontrar de todos los precios: desde las más baratas en Aliexpress a un precio medio en Mercadona o Primark (creo que no llegó a los dos euros) o a las tiendas especializadas coreanas o Sephora, donde anda por los cuatro.
¿Os gusta este tipo de espona? ¿Soléis usarla para la limpieza del rostro?