A pesar de que puede que el nombre no sea muy conocido para algunos, nadie que visite esta hermosa ciudad medieval quedará decepcionado. Sus monumentales edificios (muchos de ellos religiosos), el curioso barrio de la Pequeña Venecia o el característico "Ayuntamiento Antiguo" (Altes Rathaus) sin duda merecen la pena ser visitados. ¿Os animáis a venir?
Situada al norte de Nürnberg, en el sudeste de Alemania en el condado de Baviera, Bamberg se encuentra dividida por un rio, el Regnitz, que separa la ciudad en dos partes. El rio es una de sus singularidades más notables, por los diversos puentes que conectan ambos lados. Por suerte, la mayoria de la ciudad permaneció intacta a pesar de los bombardeos de las dos guerras mundiales, por lo que podremos ver sus calles y monumentos de manera muy similar a como eran cuando fueron construidos.
Vista desde uno de los puentes que que conectan ambos lados.
El conjunto de rios y riachuelos en la ciudad también es de suma importancia para la distribución de la misma, encontrando en su casco histórico el barrio conocido como la Pequeña Venecia, debido a que muchas de las casa que aquí se ubican tienen salida directamente al río, de similar manera a lo que sucede en la ciudad italiana. Curioso y bonito, ¿verdad?
Vista de la Pequeña Venecia, con algunas casas con sus embarcaderos.
La ciudad es realmente antigua (más de un milenio) y ha estado marcada históricamente por un profundo sentimiento religioso, debido a que en ella la iglesia tuvo siempre fuerte dominio bajo el amparo del emperador del sacro imprerio germánico-romano, siendo gobernada por obispos. Tanto es así que aparte de contar con una catedral, cuya construcción se inició el año 1012, en lo alto de una colina encontraremos el monasterio de St. Michael, donde vivian y se formaban nuevos clérigos. En este precioso lugar podremos contemplar una maravillosa vista desde un mirador, desde el que se divisa la ciudad y sus alrededores.
La subida a St. Michael merece la pena, al llegar veremos esto...
... y aquí vemos una e las vistas desde uno de los miradores ...
... y desde aquí lo vemos en su parte posterior.
A la entrada a lo que antiguamente era la ciudad propiamente dicha (Altstadt o ciudad antigua en alemán) encontramos la construcción más significativa de Bamberg: el antiguo Ayuntamiento o Altes Rathaus. Como podéis ver en la foto que abre este post, parece que el edificio estuviera flotando en medio del río. Se cuenta que el motivo de esto fue que el obispo de Bamberg se negó a conceder terreno para su construcción a los ciudadanos o que exigía un diezmo considerado por éstos excesivo. La respuesta de los ciudadanos fue la de construir una especie de isla artificial donde edificar su ayuntamiento, técnicamente fuera de la ciudad y donde se mantiene hasta nuestros días desde su construcción en el año 1387. Ingenioso modo de burlar la prohibición, ¿no os parece? Además, para todos los turistas que visitan la ciudad la imagen con la que iniciamos el post es la más característica de Bamberg. Aquí lo vemos desde otra perspectiva.
Entrada a la "Altstadt", con el Altes Rathaus al fondo.
Al tratarse de una ciudad bastante pequeña y concentrar sus lugares más interesantes en un área bastante reducida, es fácil visitarla en un solo dia y a pie. La catedral sobresale entre el resto de edificios con sus imponentes cuatro torres. En su misma plaza (Domplatz) se encuentra la antigua y la nueva Residencia, lugares de sumo interés, por lo que os sugiero pasear por este casco antiguo, contemplando la belleza y sobriedad de los edificios.
Vista de la fachada de la catedral de Bamberg...
Antes de que terminéis vuestra visita, os aconsejo que aprovechéis para degustar la comida local en cualquiera de los restaurantes bávaros típicos que encontraréis por sus calles. Como singularidad especial para los más cerveceros, de Bamberg es típica la denominada cerveza ahumada (Rauchbier), de tono muy oscuro. Su origen parece situarse en la época en la que se ayunaba en Semana Santa, tarea que era más llevadera al tomar este peculiar tipo de cerveza: al tratarse de cerveza ahumada nos dara la sensación de estar bebiendo bacon. Aunque para algunas personas su sabor es horrible, os animo a probarlo, ya que es algo que probablemente no encontraréis en otro sitio.
También podemos parar en una de estas panaderías, tan típicas alemanas
Y sin más me despido... ¡por el momento! Espero que hayáis disfrutado del viaje y nos vemos en la siguiente parada, en la que visitaremos la que es, hasta ahora, mi ciudad favorita, ¿os imagináis cuál es? ¡Hasta el próximo viaje!
El viajero