El acondicionador tiene muchos efectos en el cabello, comenzando porque es el encargado de sellar la cutícula después del lavado, mantiene así la hidratación del pelo, lo protege para que no se vuelva poroso y para que no se dañe. A su vez, aporta suavidad y por lo tanto, facilita el peinado y el desenredado. Reduce la inflamación que ha producido el champú al lavar y el cabello queda flexible y preparado para peinar, por lo tanto, es recomendable usarlo cada vez que nos lavemos la cabeza.
Hay varios tipos de acondicionadores, entre los que destacan:
Acondicionadores normales o con aclarado: requieren después de su aplicación, aclarar bien con agua tibia.
Acondicionadores sin aclarado en crema: una solución rápida que mantiene el cabello acondicionado en el menor tiempo posible.
Acondicionadores bifásicos: los que menos grasa aportan al cabello al ser líquidos, también son muy rápidos ya que tampoco necesitan aclarado (son aquellos que tienen 2 colores y hay que mezclar antes de utilizar).
Acondicionadores re-estructuradores: éstos no reparan el cabello, sino que le cubren con sustancias que aportan cuerpo y forma de manera temporal.
Especiales para desenredar: aunque todos los acondicionadores ayudan a desenredar el cabello, los hay que son especiales para ésta función, sobre todo pensados para el uso en niños.
¿COMO LO USO DEPENDIENDO DE MI TIPO DE CABELLO?
CABELLO NORMAL: (también sin teñir y sin tratamientos químicos) normalmente tan solo será necesario utilizarlo en puntas, ya que son las que más sufren y la parte del pelo que más se estropea.
CABELLO FINO: es uno de los más sensibles ya que se enreda mucho y tiene tendencia a partirse, por lo que lo mejor es que utilices un acondicionador líquido.
CABELLO GRUESO: en un pelo grueso lo mejor es utilizar un acondicionador que contenga sustancias suavizantes.
CABELLO TEÑIDO Y/O DAÑADO: es importantísimo utilizar productos que revitalicen y acondicionen el cabello de manera profunda, además no olvides utilizar mascarillas una vez a la semana. Si no tienes problema de grasa, puedes aplicar éstos productos desde la raíz hasta las puntas si fuera necesario.
CABELLO RIZADO: los rizados suelen ser a su vez secos, por lo que es bueno utilizar productos que aporten humedad, que suavicen y den brillo, además, también será necesario el uso de la mascarilla semanal y otros tratamientos.
CABELLO GRASO: si aplicamos los productos hidratantes en la raíz de un cabello graso, tan sólo vamos a hacer que aparezca más grasa, por lo que lo ideal es utilizar el acondicionador bifásico tan sólo en las puntas y de una manera no constante.
Las mascarillas nutren el cabello, lo reparan y lo hidratan, de hecho, es el único producto que actúa sobre el cortex, la parte más interna del cabello. Se aplica como mínimo cada 15 días, lo ideal es utilizarla 1 vez a la semana de manera periódica pero si es necesario se puede aplicar 2 veces a la semana, por ejemplo, en verano bajo los efectos del sol o el cloro de las piscinas. Para mejores resultados, se aconseja utilizar un gorro térmico o liar el cabello en una toalla y dejar actuar un mínimo de 3 minutos según la mascarilla (ver siempre las instrucciones de cada fabricante), aunque lo ideal sería dejarla unos 15 – 30 minutos.
Existen muchos tipos de mascarillas capilares: hidratantes, nutritivas, reparadoras, incluso muchísimas “recetas caseras” que puedes hacer en casa.
CONSEJO: La mascarillas nutritivas aportan lípidos (pueden producir un exceso de grasa), se recomiendan utilizar cada quince días.