Té verde: es considerado como un potente antioxidante gracias a sus múltiples propiedades, entre las que destacan ser un magnífico acelerador del metabolismo, un depurativo natural y un antioxidante para nuestro cuerpo. Podemos añadir a una taza de agua caliente una cucharadita de té verde en hojas y dejar reposar 5 minutos. Tomaremos una taza tres veces al día por lo menos 30 minutos después de las comidas. Otra opción es consumirlo directamente en polvo o en cápsulas.
Te rojo: es un potente quemador de grasas y eliminador de toxinas, además de ayudarnos a disminuir el colesterol LDM, popularmente conocido como malo, y aumentar el HDL, o bueno. Lo mejor de este té es que lo podemos beber tanto frío, como caliente, siendo perfecto también para refrescarse los meses más cálidos en lugar de recurrir a refrescos con gas y azúcar. Además, podemos aromatizarlo con canela, jenjibre, limón o menta otros potentes ingredientes contra la grasa.
Para prepararlo, añadiremos una cucharadita de té rojo en una taza de agua a punto de hervor y lo dejaremos reposar durante 3 minutos. Podemos tomar 3 tazas al día. Otras opciones son las cápsulas, y los podemos combinar con otros quemagrasas, como el té verde, la piña, etc.
Té blanco: se trata de otro potente acelerador del metabolismo, diurético y reductor del colesterol, pero, además, también combate el envejecimiento y reduce la fatiga. Hay quien afirma que es más potente incluso que el té verde. Podemos tomar tres tazas al día, antes o después de cada comida, en caliente o frío. Otro beneficio es que si lo aplicar directamente sobre el rostro, ayudará a potenciar tu bronceado y lo más a importante, a cerrar tus poros.
Si os ha gustado, contárnoslo en nuestro muro de Facebook