Somos lo que proyectamos. Aquello que decimos, ya sea mediante palabras o gestos, y también aquello que no decimos. Nuestra manera de vestir también entra en este juego de personalidad porque al fin y al cabo, todo comunica, y la ropa que nos ponemos y cómo nos la ponemos no iba a ser menos.
Hay ciertas situaciones, ciertos eventos, citas y lugares que requieren una determinada vestimenta. Un dress code plasmado en ningún sitio, pero que se sabe que existe y se sobreentiende que se tiene que respetar. La más cotidiana de estas circunstancias es, quizás, una entrevista de trabajo. Sí señoras, es más fácil equivocarse eligiendo qué ponerse para hacer una entrevista laboral que para salir a cenar un sábado noche (aunque esa pelea semanal con el armario te haga pensar lo contrario).
Para Chus Alcaraz, asesora de imagen, “la forma de vestir es una de las piezas que conforman la carta de presentación de un profesional y una de las determinantes a la hora de triunfar en una entrevista de trabajo”. Cuidado, esto no significa que os vayan a contratar solo por ir bien vestidas, pero seamos honestas, la imagen personal cuenta y mucho.
Tampoco se trata de llevar el vestuario más exclusivo para triunfar, sino de saber integrar adecuadamente los elementos que conformarán el mismo. Chus lo tiene claro, “los aspectos indispensables que se deben cuidar al detalle son el aseo personal, peinado, maquillaje, manicura; las prendas, que siempre estén en buen estado; los zapatos impecables; las gafas -si tienes que usarlas por problemas de vista- que estén limpias y llevar para vestir colores neutros y piezas sencillas, con cortes limpios”.
¿Qué podemos llevar y qué no?
Cuando le pregunto a Chus por lo que no deberíamos ponernos jamás en una entrevista, ella lo tiene claro. Evitaría, sobre todo, prendas muy ajustadas, cortas, con transparencias o con brillos. Este tipo de vestimenta es totalmente inadecuado”. Su no también va para los colores fuertes que resten atención a nuestro discurso.
El sí, se lo llevan los complementos, los tacones y el uso indistinto de falda y pantalón. Aunque siempre hay un pero. Según la experta, se pueden utilizar complementos, sin embargo, lo ideal es utilizar pocos pero de buena calidad y que no llamen la atención, si no que aporten seriedad al look. Es decir, un collar no ostentoso o unos pendientes sencillos -sí, has leído bien, esa o indica que no debes mezclarlos a menos que quieras centrar el foco de atención en ellos-. El uso de zapatos de tacón también tiene su anotación. Aquí la asesora de imagen se centra en la altura, que no sobrepase los 8 cm., y el color, que sea neutro, “beige para verano y azul marino, o negro, en invierno”. Por último, si decides ponerte un pantalón debes obviar aquellos demasiado informales, con roturas y apostar por líneas rectas y sencillas. Si tu elección es una falda, “ésta tiene que tener una medida adecuada (se considera que por la rodilla), no debe ser llamativa y debe ir correctamente combinada con unos zapatos o botas”, declara Chus.
Algunas ideas para inspirarte
Era necesario, ya que tenía la oportunidad delante, que le pidiera a Chus que nos ayudara creando un look completo para ir a una entrevista que, porqué no, se puede utilizar también como un outfit de oficina.
Esta fue su propuesta
Una camisa en tonos neutros, azules, blancos, rayas finas, beige.
Un pantalón o falda recto, en azul marino, gris oscuro, negro, marrón o camel.
Zapatos o botines con un tacón medio ( 6/8 cm) color negro , azul marino, marrón, camel
Una blazer en un tono neutro.
Optaría por un pañuelo o fular para darle un aire personal al look,
Pendientes dorados o plateados en función de la tipología de color.
Un maquillaje muy suave y un pelo recogido en coleta.
Y así lo hemos reinterpretado en Flordselva
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