La técnica en sí no es complicada, pero requiere de tiempo y de un cabello bien cuidado. Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso en el que el pelo va a sufrir decoloraciones que, sin remedio, lo debilitan. Pero si tu cabello es fuerte, está hidratado y tienes un par de horitas para ti, ¡anímate, tú puedes conseguirlo!
1. Empezamos decolorando con el producto adecuado que nos unificará el tono en un rubio suave. En este primer paso, no tocamos la raíz. Realizamos el proceso por lo menos a 1 centímetro de ella, solo parte media y puntas. Hay que tener en cuenta que se trata de llevar una decoloración hasta el extremo, por tanto, cuanto más claro sea el rubio, más se acercará al gris y más fácil será que coja este color.
2. Dejamos un tiempo, no demasiado, y cubrimos las raíces con el mismo producto, de tal manera que el color subirá la mismo tiempo. Esperamos a que el color suba.
3. Una vez que ha subido, blanqueamos para seguir unificando y eliminar los amarillos. Aclaramos.
4. En principio, con estos pasos tendremos preparado el cabello para recibir el tinte de color gris. En este vídeo Ansalada nos enseña como una vez decolorado, ya podemos dar paso al tinte:
5. Escogemos el color que más se adapte a nuestros gustos: rubio hielo, plata, platino, gris acero, violeta...¡Tenéis casi 50 tonos de gris! Os dejo algunas fotos para que toméis ideas.
Este color es perfecto para todo tipo de cortes, veamos algunos ejemplos:
Pelo corto
Media melena
Pelo largo liso
Pelo largo ondulado
Recuerda que este tipo de cabello necesita unos cuidados diarios y especiales. Debes tratarlo con mascarillas, serum y un buen acondicionador.
¡Atrévete!