“LA LIMPIEZA ES LA MADRE DE LA BELLEZA”
Pues sabiendo esto, os podéis imaginar cuál fue la expresión de esa parte de mí que se encuentra en el rostro de mi “dueña” cuando escuchó decir a una persona allegada a ella que sólo se lavaba la cara con agua. Sentí que la parte de mi contorno de ojos (vamos del de mi dueña) iba a estallar al sentir que los ojos se le iban a salir de sus órbitas. Mi dueña, muy digna, le preguntó que si sólo se lavaba las manos con agua después de estar en contacto con otras personas, con la polución (sobre en todo en las ciudades), el aire, el polvo, maquillajes…
Evidentemente, el agua sola no basta, así que os contaré los pasos básicos que deberíais tener como rutina para que yo, tu piel, pueda lucir sana y radiante. Puedo decir que los podemos dejar en cinco pasos: limpiar, exfoliar, refrescar, proteger e hidratar. Vamos a explicarlos brevemente.
? LIMPIAR. Como os he dicho antes es mi máxima, por lo cual es muy importante para mí. Y no sólo con agua, claro. Lo primordial es que conozcáis vuestro tipo de piel (os remito a mi anterior post Soy tu piel) porque así podréis elegir un producto más adecuado al mismo.
Si vuestra piel corresponde a un tipo mixta-grasa deberíais utilizar un producto más fuerte, con algún ingrediente que actúe en la absorción del sebo y exceso de aceite pero sin dejar de hidratar. Si por el contrario, fuese del tipo seca o sensible, el producto a utilizar deber ser más suave y que sus componentes, a la vez que limpien, hidraten. Todos los productos a utilizar deben ser libres de aceites (oil free), no comedogénicos (que no obstruyan los poros para que no aparezcan espinillas y eviten el acné) e hipoalergénicos (que no irriten). Para las pieles que tengan acné o circunstancias más especiales como psoriasis, dermatitis… lo primero que se debe hacer es visitar a un médico especialista que os asesore.
La forma de realizar esta limpieza debe ser la siguiente:
Lávame las manos puesto que si las tengo sucias, pueden contaminar el producto que vamos a utilizar para realizar esta labor en el rostro
Aplicar el producto (formato leche, gel, crema, loción?) en los 5 puntos de mi óvalo facial (frente, mejillas, nariz, mentón)
Humedéceme y masajea con movimientos circulares y ascendentes por todo el rostro, cuello y escote (que también es cara, jajaja). Si disponéis de un cepillo facial es el momento de utilizarlo, con ligeros movimientos y dejando que actúe. Mi dueña desde que probó uno, le encanta y es verdad que mi luz y mi tono han cambiado, al igual que el aspecto de mis poros, puesto que este utensilio potencia hasta en un 85% la limpieza.
Procede a retirar todo el producto con abundante agua tibia (ni caliente, ni demasiado fría).
Sécame con una toalla limpia y a toquecitos, sin frotar.
? EXFOLIAR. Si habéis leído el post Soy tu piel, y os acordáis del dibujo, en nuestra capa cornea se acumulan las células muertas que nos protegen pero, que si no retiramos su exceso, impiden que yo pueda regenerarme en buenas condiciones, dejando paso a las células nuevas y que pueda tener mayor luminosidad. Además me ayuda a disminuir arrugas, cicatrices, eliminar o disminuir la intensidad de las manchas?
Una exfoliación debería realizarse una vez a la semana. Para pieles mixtas y grasas, podría hacerse hasta en dos ocasiones a la semana.
Evidentemente también es recomendable exfoliar el resto del cuerpo por los mismos motivos y sobre todo aquellas partes que pueden estar más en contacto con el medio ambiente (piernas, brazos, manos?)
? REFRESCAR O TONIFICAR. Después de la limpieza y/o exfoliación es aconsejable tonificarme para equilibrar mi PH. De esta forma haremos que el producto que se va a utilizar después penetre mucho mejor y actúe de una forma más eficaz.
? HIDRATAR. Es sabido que nuestro cuerpo tiene una gran cantidad de agua y que es necesaria para realizar muchas de nuestras funciones vitales. Por ello también influye en mi aspecto, y también estoy compuesta por agua. Este agua se va perdiendo (al igual que otros de mis elementos) con el paso del tiempo y es por ello que, además de beber, debéis aplicarla directamente a través de lociones y cremas emolientes.
Las causas que pueden provocar mi deshidratación (pérdida del agua) van desde las de origen interno como son la herencia genética, enfermedades, medicamentos, la edad? y las de origen externo como son el frío (produce vasoconstricción lo que provoca menor riego sanguíneo por la piel), el calor (que provoca directamente la evaporación), los productos químicos como detergentes, cosmética no adecuada, excesiva limpieza.
Por eso no dejéis nunca de hidratarme si queréis que luego no os ponga mala cara ¿de acuerdo?.
? PROTEGER. Todos sabemos que el sol, al igual que el agua, es esencial para la vida, pero también sabemos que este sol puede dañarnos de forma irremediable. Desde hace años se conocen los daños que el sol ejerce, en este caso, sobre mí, pues es un (si no el más importante) de los factores que más inciden en mi envejecimiento. Además puede provocarme quemaduras (y sus correspondientes marcas), manchas difíciles de eliminar y en los casos más graves, cáncer de piel. Y estos daños además, no son visibles inmediatamente sino que yo, los voy acumulando y como tengo mucha memoria, llegará un día en que te lo haré recordar.
Esto no quiere decir que me tengas que tapar por completo sino, que debes protegerme con productos adecuados a la situación y que contengan un SPF (Sun Protection Factor) o factor solar adecuado al momento, para que puedas prevenir estos efectos tan nocivos.
Todo esto que os cuento y que parece un mundo, se puede realizar todos los días en tres minutos por la mañana y otros tres minutos por la noche. Así que, no tienes excusas. Si lo que te pasa es que nunca has tenido esta rutina, no es tarde para empezar.
Recuerda, soy el órgano más grande que tienes y el primero que ve todo el mundo, ¿no quieres que lo que vean sano, luminoso y cuidado?
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