Cuando hace calor, el cuerpo humano pone en marcha diversos mecanismos para mantener estable la temperatura corporal. Uno de ellos es el sudor, ya que cuando éste se evapora, se lleva calor y refresca.
Una persona adulta puede eliminar más de 2’5 litros de agua al día de las siguientes formas:
1500 ml. en forma de orina para eliminar toxinas
500 ml. en forma de sudor para eliminar el exceso de calor corporal
400 ml. en forma de vapor de agua durante la respiración
200 ml. en forma de heces por el tubo digestivo
Y cuando hace calor, todavía se pierden más líquidos que, si no se recuperan, producen deshidratación.
La sed es un mecanismo de alarma de efecto retardado. Esto significa que cuando uno tiene sensación de sed es porque ya está deshidratado. Si sólo bebes cuando tienes sed, has forzado mucho tu cuerpo, es como si riegas una planta cuando ya está mustia. Hablamos entonces de estrés hídrico. Por eso es tan importante beber agua antes de notar esta sensación, sobretodo en los ambientes calurosos.
La retención de líquidos también puede estar relacionada con la deshidratación, ya que si bebes poca agua tu cuerpo la retiene porque es imprescindible para un buen funcionamiento del mismo.
Para saber si padeces deshidratación, a parte de la sed debes prestar atención a otras señales que te envía tu cuerpo: dolor de cabeza, fatiga, malestar general, calambres, piel pálida, mareos, vómitos, taquicardia, falta de sudoración, reducción del rendimiento físico, disminución de la concentración y de la atención, agitación, irritabilidad.. En los casos más graves de deshidratación puede aparecer aturdimiento, desorientación, confusión, delirios, alucinaciones, convulsiones, visión borrosa, pérdida del conocimiento (golpe de calor) e incluso llegar al estado de coma y muerte.
Pero no todo el mundo tolera igual la calor, si no que depende de diversos factores:
La edad: las personas mayores aguantan menos el calor. Como además su sensación de sed se ve reducida, tienen más probabilidades de sufrir deshidratación.
El género: las mujeres, por nuestra constitución física, solemos tolerar menosel calor, especialmente durante el embarazo.
El peso corporal: las personas con sobrepeso u obesidad, y las que se encuentran por debajo de su peso saludable tampoco aguantan bienel calor.
El nivel de entrenamiento: el ejercicio físico mejora el rendimiento del sistema cardio-vascular y permite una mayor tolerancia al calor.
Los antecedente spersonales:enfermedades cardio-vasculares, respiratorias, diabetes o insuficiencias renales producen una menor resistencia al calor y a la deshidratación.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA PREVENIR LA DESHIDRATACIÓN:
Bebe agua fresca (no fría) o en forma de infusiones con frecuencia.
No esperes a tener sed para beber.
Bebe antes, durante y después de realizar actividades expuestas al calor.
Evita las bebidas alcohólicas, con gas, cafeína o muy azucaradas, porque favorecen la deshidratación, al contrario de lo que muchos anuncios publicitarios nos quieren hacer creer.
Evita las cocciones pesadas y muy calóricas, dando preferencia a los hervidos, plancha y vapor.
Come alimentos ligeros como ensaladas, gazpacho, fruta o zumos naturales, que ayuden a tu organismo a recuperar los líquidos y minerales perdidos con el sudor.
No abuses de la sal ni de alimentos en conserva.
Consume mayoritariamente alimentos propios de la estación y del lugar donde vives (alimentos de proximidad).
Y sobretodo, aprende a escucharte y a hacer caso de las señales que te envía tu cuerpo. ¿Ya lo haces así? Me gustaría que me lo explicases dejando un comentario más abajo. Y si no, también quiero conocer tu opinión. Gracias.
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