Por eso esta vez te hablaremos de como limpiar tus brochas de maquillaje junto con los secretos profesionales para que duren y mantengan tu piel saludable.
¿Por qué limpiar tus brochas de maquillaje?
Sin duda, has escuchado lo importante que es mantener tus brochas limpias. La forma en que las brochas sucias pueden evitar que el maquillaje dure lo que debe durar, cómo se acumulan en ellos la suciedad y el aceite que obstruyen los poros y se vuelven a esparcir sobre la piel, cómo se acumulan las bacterias y los hongos y pueden provocar acné, conjuntivitis e incluso infecciones por estafilococos.
Se necesita limpiar las brochas, pero de seguro más de una vez has pensado que es una molestia. No tienes tiempo para esperar a que se sequen, y parece que siempre comienzan a desprenderse o que pierden su forma después de limpiarlos. No querrás arruinar tu colección de brochas de maquillaje cuidadas, pero tampoco querrás arrastrar tus brochas sucias en toda tu cara.
¿Qué debo saber para limpiar mis brochas de maquillaje?
El primer paso en las mejores prácticas para la limpieza de brochas de maquillaje es elegir el limpiador adecuado. Ya sea que estés utilizando brochas de cerdas naturales o sintéticas, esas cerdas son delicadas y, al igual que tu propio cabello, pueden comenzar a romperse y deshilacharse si se las trata con demasiada dureza.
Debido a que están constantemente usando sus brochas, los maquilladores profesionales a menudo recomiendan usar fórmulas sin enjuague. El uso de derivados de aceite para romper el sebo y los residuos de maquillaje puede ser exactamente lo que necesita para lograr un mejor régimen de limpieza de brochas.
Solo asegúrate de mantener un ojo en la lista de ingredientes: algunas fórmulas agregan alcohol para evitar las bacterias y aceleran el tiempo de secado, pero al igual que los productos a base de alcohol pueden dejar tu cabello débil y propenso a la división, los limpiadores a base de alcohol para brochas de maquillaje también pueden acortar la vida útil de estas.
¿Cada cuánto se deben de lavar?
Por supuesto, para la mayoría de nosotros, la limpieza diaria de las brochas es un poco excesiva, solo debes limpiarlos al menos una vez a la semana para evitar que se acumulen suciedad y bacterias. Para la limpieza semanal, puedes ir por la ruta más tradicional con un limpiador que se enjuaga.
Muchas marcas de belleza hacen sus propios limpiadores de brochas especiales, pero si lo que busca es recortar las botellas de tu baño para que realicen tareas múltiples, un limpiador facial suave también hará el trabajo.
En cuanto a los consejos de “limpieza profunda” que puedes haber visto en Pinterest con remojos de vinagre, es mejor saltárselos, no es perjudicial para las brochas, pero tampoco es ideal. El vinagre es un limpiador multiusos, demasiado fuerte y seco para el cuidado de tus brochas de maquillaje, las fibras de las brochas secas no se aplicarán a la perfección.
¿Cómo puedo limpiar mis brochas de maquillaje?
No importa en qué tipo de fórmula se establezca, la técnica es la clave. Para evitar que se deshilachen, coloca el limpiador en la brocha en la misma dirección que las cerdas, gírelo ligeramente (no necesita mucha presión) en la palma de la mano o sobre una malla limpiadora con textura. Si no se usan mallas suaves, se pueden abrir las cutículas de las cerdas naturales y romper las sintéticas, lo que te dejará con brochas que no funcionan tan bien.
Si estás utilizando una fórmula sin agua, limpia las cerdas con una toalla limpia o una toalla de papel y repite hasta que no salga color de la brocha. Para las fórmulas tradicionales, enjuaga los cepillos hasta que el agua salga clara y no haya más espuma de jabón. Agita o exprime suavemente el exceso de agua o limpiador, luego vuelve a moldearlos para que adquieran la forma adecuada (omítelo y terminarás con brochas deformes hasta su próxima limpieza).
¿Otro paso fundamental en el buen mantenimiento?
El secado, las cerdas de las brochas se sostienen principalmente con pegamento. Cuando el líquido permanece en la brocha, puede filtrar las cerdas en el pegamento y comenzar a despegarlo, lo que a su vez hace que los cepillos se desprendan. Para evitar eso, seca tus brochas colocándolos sobre una toalla absorbente o completamente expuesto al aire. Opta por un soporte de secado que sostiene las brochas boca abajo mientras se secan y exprime suavemente el exceso de líquido, para que no caigan gotas errantes en tus brochas.
Una vez seco, almacena tus brochas en un estuche con soportes individuales o en posición vertical en un vaso elegante para mantener las cerdas en buen estado; preferiblemente metido dentro de un botiquín donde el polvo y otros contaminantes como la laca o el perfume no se acumulen en ellos.
¡Esperamos que te haya gustado este post tanto como a nosotros!