Materiales
- Una lata, cajita o tarro
- Un poco de estropajo
Debemos medir el recipiente que vayamos a usar y cortar el estropajo a la medida adecuada para que se asiente bien dentro de éste. Para ello basta con marcar el contorno de la lata y recortar. Puedes hacerlo con varios pedazos y así te será más fácil quitar cada capa cuando estén usadas para que esté listo en cualquier momento. Además, también podrás extraer el estropajo para limpiarlo con agua y jabón cuando sea necesario.
Basta con frotar la brocha que queramos limpiar sobre éste y veréis como los restos de sombra se eliminan completamente y está lista para poder usarse de nuevo. Obviamente, esto no sustituye la necesidad de limpiar nuestras brochas de la manera habitual, con desinfectante, una vez a la semana o al mes dependiendo del uso, pero se trata de una solución perfecta para cuando necesitamos usarlas rápidamente.