Podemos encontrar jabones naturales de varios tipos:
- Dermatológicos: contienen avena, rosa mosqueta y ayudan a cutis con problemas de acné, eliminan las temidas líneas faciales y cicatrices.
- Terapéuticos: se añaden aceites, flores, arcillas tanto a bases de glicerina, como a los de agua y sosa, entre los más frecuentes aceite de argán y árbol de té.
- Humectantes: calman irritaciones de la piel como ingredientes más frecuentes el aceite de almendras, el de oliva y la glicerina, y jabones los más conocidos el de aloe vera y el de aguacate.
- Aromáticos: a base de hierbas naturales, aceite de ricino, aceite de coco y aceites esenciales, estos últimos se usan para el cuidado de la piel y del cabello.
No son recomendables para personas sensibles y con determinadas alergias. En general, los aceites esenciales no son adecuados para mujeres embarazadas, los ancianos y los niños menores de 3 años, así como se recomienda cambiar regularmente de aceite esencial tanto en baño como en difusión en dosis elevadas.