Lo sabemos, llega el verano y zas! Que si aperitivo una hora antes de comer, esos frutos secos a media tarde, el heladito en el paseo de después de cenar para continuar con copas, copas y más copas y luego…¿un kebab antes de acostarse? Me va a sentar que ni pintao! ¿Te suena de algo? Ha sido tu rutina habitual durante estas vacaciones, no nos vamos a engañar. Las vacaciones están para disfrutarlas –sin pasarse claro- pero ahora que estamos en septiembre hay que quitarse esa barriga cervecera y esos 3 kilos de más que nos hemos traido como suovenir. Para ello hoy os doy las claves para que la cuesta de septiembre sea lo más ligera posible y podáis volver a entrar en vaqueros preferidos (que es lo que en el fondo más nos interesa :P) y radiar de felicidad.
Que la rutina alimenticia vuelva a formar parte de tu vida: hay que volver marcar reglas y seguirlas. Durante el día hay que hacer 5 comidas, ni una más ni una menos, 5: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena (ligerita) .
Las verduras, esas grandes desaparecidas: durante el verano brillan por su ausencia entre tanto pescaíto frito y patata brava. Para remediarlo haz todo lo posible para que las verduras sean las protagonistas de todos los platos: en unos días te notaras menos hinchada y aportarás a tu cuerpo todos los nutrientes que ha pedido a gritos durante estos meses de calor.
Deja la cerveza a un lado y aprovecha los beneficios del agua: ay el agua! Qué rica que está! Pero delante de una cervecita bien fresquita o de un buen tinto de verano no hay quién se resista. Aunque la teoría nos la sabemos y en el telediario nos dicen por activa y por pasiva que en verano hay que aumentar la ingesta de líquidos en general y de agua en particular, yo no sé vosotras pero yo bebo menos agua que nunca. Si es que la cervecita está muy rica – pero solo en verano, ahora a por el agua!-
Si no tienes hambre, tírate por una bebida detox: todo hay que decirlo, después de un verano de festival gastronómico a muchas –entre las que me incluyo- se les quedará el cuerpo un poco para el arrastre y tengan el estomago más revuelto que después de un pasar un dìa entero subida en el Dragon Khan. Por este motivo suelen haber unos días de adaptación a la realidad en el que no se tenga apetito. Pues bien, no estoy diciendo que dejéis de comer, pero si podéis aprovechar alguna de esas cenas en las que llegáis a casa empachadas y cansadas para haceros una bebida detox llena de verduras y frutas. Vuestro cuerpo os lo agradecerá.
Haz que el ejercicio sea tu compañero de aventuras: en septiembre hace aùn muy buen tiempo –incluso mejor que en agosto con su calor sofocante- para hacer deporte al aire libre. Y no vale la excusa de no tener tiempo: coge la bici y ve al trabajo en ella y después del trabajo aprovecha y date una vueltecita con el aire fresco que te golpea la cara (qué gozada), deja el ascensor tranquilo y sube las escaleras, hombre!, que ya tendrás tiempo de cogerlo cuando seas una anciana y en casa haz alguna sentadilla mientras ves la tele. Como ves estar activa es más fácil de lo que parece, porque querer es poder!
Con estos consejos y una actitud positiva verás la vuelta al cole de otra manera. ¿Te apuntas a la #nodepresionpostvacacional?
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