Las arcillas últimamente se han puesto de moda para cuidar la piel. Pero, ¿Benefician al cutis? La verdad es que sí. De hecho, es uno de los remedios de belleza más antiguo. Y es que las arcillas tienen muchos beneficios para la dermis.
Cada una de ellas, en función de si son verdes o incluso las negras de carbón, tiene una serie de propiedades que conviene conocerlas para utilizar la que sea más idónea para cada tratar el problema de la piel. Aquí te contamos sus principales características y cómo puedes sacarle el máximo partido a este producto.
Arcillas y su poder
La principal particularidad de las arcillas es que tienen un gran poder absorbente, por lo que son ideales para atrapar el sebo, y ayudan a regular el nivel de grasa presente en la capa superior de la piel conocida como dermis.
Además, son también muy útiles para solucionar los problemas de cualquier otro tipo de impurezas, como por ejemplo los puntos negros, y para acabar con los brillos o, al menos, matizarlos mientras dura su efecto.
Son características por las que estos productos están especialmente indicados para las pieles grasas y que tienen mucho sebo o bien para aquellas que son mixtas. Es decir, las que concentran los problemas en la conocida zona ‘T’, lo que se traduce en frente, nariz y barbilla.
En general, aunque se puede utilizar cualquier tipo de arcilla, para los problemas más severos de sebo y grasa es mejor utilizar las de carbón, mientras que las verdes son muy purificantes y constituyen una de las más populares que podemos encontrar hoy en día en el mercado de la belleza y cuidados faciales
No obstante, para no agredir demasiado la piel, una buena opción es la arcilla blanca o aquellas de bentonita o caolín. Las este grupo son las más respetuosas con el cutis. Sin embargo, siempre debe tenerse en cuenta que no es bueno utilizar las arcillas cuando se tiene la piel muy seca ya que esto produce un efecto que tiende a secar aún más y luego resulta astringente para nuestra piel.
¿Cómo se usan?
Las arcillas son muy fáciles de utilizar. Se emplean con una mascarilla habitual. De esa manera, hay que extenderlas sobre el rostro y dejarlas actuar unos cinco minutos aproximadamente, aunque dependerá del tipo de arcilla que se emplee. Te recomendamos consultar las instrucciones si es que has llegado a comprar un producto comercial con ciertas particularidades con respecto a su aplicación.
Luego, se aclaran con abundante agua para eliminar todos los restos, siendo conveniente aplicar a continuación la crema hidratante habitual para mantener el equilibrio hídrico de la piel. Es fundamental que estas cremas sean oil-free, sobre todo, si se tiene el cutis graso o mixto así encontraras que los resultados son maravillosos para tu piel.
Como dato adicional te pedimos que no dejes de aplicar de forma frecuente, unas dos veces al mes para que tengas siempre la piel de tu rostro bien cuidada y por ende bien presentada para cualquier ocasión en tu vida diaria.