Cuando queremos perder dos o tres kilos (4 a 7 libras) no necesitamos hacer grandes sacrificios, con sólo hacer algunos ajustes, es posible lograrlo.
Adoptar algunos hábitos a la hora de la cena ayudarán a este propósito.
1. Cena temprano
Una regla bastante sencilla para la mayoría, es adelantar la hora de la cena. Cenar unas tres o cuatro horas antes de acostarse es una excelente medida.
El cuerpo humano se rige por el reloj biológico y por lo tanto está preparado para el ayuno nocturno, mientras dormimos en las noches.
El cuerpo quema menos calorías cuando está en reposo, por lo que cenar muy tarde aumenta los niveles de glucosa en la sangre y promueve la acumulación de grasita en el cuerpo.
2. Apaga los dispositivos electrónicos
Comer mirando la televisión, trabajando en la computadora o jugando con el teléfono móvil resulta en una sensación de haber comido menos, ya que no le prestamos atención a la comida.
Lo mejor es apagar estos aparatos y concentrarte en lo que comes. Si sueles cenar sola y no te resulta atractiva la idea, combínate con alguna amiga y hagan el plan en conjunto. Pueden llamarse en conferencia y tener una cena en “compañía virtual”.
3- Cepíllate los dientes
Cuando termines de comer, cepíllate los dientes. Cuando sientes la boca limpia y fresca, no querrás estropearlo comiendo, además el frescor de la pasta de dientes distrae tu mente.
4 – Duerme al menos 7 horas cada día
Se ha demostrado que la falta de sueño produce aumento de peso. Provoca que el cuerpo se haga resistente a la insulina, lo que hace que almacene más grasa.
Cuando dormimos se equilibran los niveles de leptina, una hormona conocida como la hormona del hambre y que es la responsable de generar la señal de saciedad en el cerebro. Cuando no dormimos lo suficiente, no producimos la cantidad de leptina necesaria y entonces, sentiremos más hambre y comeremos más.
5 – Compra una vajilla azul
Este color ayuda a controlar el hambre y a reducir la ansiedad, por lo que evitarás la ingesta excesiva de alimentos. Por el contrario, evita totalmente los platos de color rojo, debido a que este color tiene el efecto inverso, estimula el apetito.6 – Mastica más de 20 veces cada bocado
Cuando se come despacio, se le da tiempo al cuerpo a avisarle al cerebro de que ya no tenemos hambre, por lo que reduces la cantidad que comes. Al principio lo harás de manera consciente mientras cuentas, luego te acostumbrarás y lo harás espontáneamente obteniendo enormes beneficios.
7. Aprovecha las bondades de las sopas
Retoma la costumbre de tus padres y abuelos de cenar sopas.
Las sopas y consomés calientes sacian y depuran y además aportan pocas calorías, lo que se traducirá en menos centímetros en tu cintura.
Elige ingredientes que no contengan muchas calorías, Si prefieres las sopas, utiliza carnes magras con vegetales, como repollo, zanahoria, coliflor o calabaza.
Las leguminosas como las lentejas, garbanzos o frijoles puedes comerlas enteras o hacerlas puré y preparar un consomé. Adelgaza comiendo ricos consomés depurativos
8. Toma una taza de té de hierbas
Antes de acostarte, quizás puedas sentir un poco de hambre lo que representa una amenaza a tu objetivo de perder esos kilitos demás.
Luego de dos o tres horas de haber cenado, toma un té de hierbas que te ayudará a pasar este período.
Evidencias científicas han demostrado que el deseo de comer está vinculado a estímulos de diferentes naturaleza, como olfativas, visuales o emocionales.
Las bebidas calientes producen una agradable sensación en el estómago que disfrazan en cierto modo, el deseo de comer.
Elige hierbas que también te ayuden a tener un sueño más reparador.
Muy recomendables son la manzanilla, el tilo, la Kava Kava, lavanda o hierba de San Juan.
No abuses de las hierbas, porque aunque son productos naturales; en exceso pueden tener efectos secundarios. Tómalas solamente en la noche. Una taza al día no debería provocarte ningún problema a menos que tengas alguna condición de salud y en ese caso consulta con tu médico.
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