Posee gran cantidad de polifenoles, que son antioxidantes y aportan elasticidad a la piel. Aunque al principio nos pueda asustar la idea de aplicarnos aceite si tenemos la piel grasa, la granada regula la cantidad de sebo, haciendo que la piel no brille.
Pero por si fuera poco, también tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que viene bien para dar masajes musculares después de hacer deporte o en caso de contracturas.
Si se aplica después de la ducha, la piel tarda poco en absorberlo y además deja un olor suave y perfumado.
Este de Welleda cuesta unos 16 euros y es cosmética certificada BIo.
¿Os gustan los aceites? ¿Los usáis?