Antes de nada, un pequeño disclaimer: no soy profesional de la dermocosmética. Todo lo que incluyo en este post es basado en mi propia experiencia, que no tiene por qué ser extensible a la de todos, y en una investigación previa. Antes de utilizar cualquier producto o adherirte a una nueva rutina busca información en fuentes de confianza y asegúrate de que es compatible con tu tipo de piel.
Parece ser que estamos ante una nueva moda del mundo de la belleza: el skin cycling. Y parece ser también que el otoño es el momento idóneo para comenzar, puesto que ya dejamos atrás el sol del verano (well...) y la incompatibilidad con determinados activos. Yo he comenzado a utilizar esta nueva rutina y hoy vengo a hablaros del tema.
El skin cycling, que ya ha acaparado artículos de todas las revistas, es una rutina de skincare basada en la sucesión de ciclos que alternan ciertos componentes. Los defensores de esta técnica explican que los activos de los productos cosméticos tienen más efecto cuando se alternan con periodos de descanso y que este método permite, además, incidir en tres objetivos al mismo tiempo sin dañar la piel al mezclar componentes que no se llevan bien entre ellos.
Yo os vengo a dar una explicación de andar por casa y a contaros cómo lo estoy haciendo. Aún es pronto para ver los resultados porque el skincare lleva tiempo, pero sí que puedo decir que me está gustando porque simplifica y facilita el cuidado de la piel, acortando la rutina de noche.
¿Qué es el skin cyling?
Es una técnica de dermocosmética creada por la doctora Whitney Bowe que se ha popularizado gracias a Tiktok y que se basa en 3 fases: exfoliación, retinoides y recuperación. Se hace en 4 noches seguidas y se repite. Las dos primeras noches le damos a la piel los activos que necesita, mientras que las otras dos noches la dejamos descansar utilizando únicamente productos hidratantes.¿Por qué lo recomiendan?
Hemos pasado a darle tanta importancia al cuidado facial que hemos llegado a un punto de exceso de productos y fórmulas. Lo que pretendía ser algo beneficioso para la piel ha acabado siendo incluso agresivo. Especialmente debido al abuso de exfoliantes y al poco descanso que le damos al rostro para recuperarse.Este sistema es más respetuoso con la piel y, además, simplifica el proceso con mejores resultados. Promueve la reparación y la renovación de la piel. Al parecer, alternar activos potencia los resultados, y esto lo descubrió Bowe cuando comenzó a alternar sesiones de distintos ejercicios físicos, vio los beneficios y pensó que quizá también funcionase en la piel. Y tenía razón.
Así lo hago yo
1- Primer ciclo: exfoliación.Tengo la piel mixta con tendencia acneica, por lo que el activo que mejor me limpia y purifica la piel es el BHA o ácido salicílico. En lugar de este podéis usar glicólico (AHA), PHA o el que mejor os venga.
En este primer ciclo limpiamos la piel en profundidad y minimizamos los poros, espinillas y puntos negros. La limpieza es siempre el primer paso.
Actualmente estoy utilizando el ácido salicílico de Nacomi porque es una marca con buena relación calidad-precio que me ha sorprendido muchísimo en el último año. Este BHA viene en un 2% junto a 5% de niacinamida y carbón activado, y tiene un color negro.
2- Segundo ciclo: retinol.
Me estreno en el uso de retinol formalmente con un sérum de muy poco porcentaje para empezar. De momento me va bien y mi piel lo está aceptando sin problemas.
A propósito del retinol: cuidado porque es un producto que puede dañarnos la piel, por eso hay que empezar con dosis muy bajas (del 0,1% o así) y aumentar gradualmente cuando estemos seguros de que nos va bien. Lo utilizamos para reducir arrugas y frenar el envejecimiento de la piel. No me gusta el término anti-edad porque creo que todos debemos (y tenemos el derecho de) envejecer con dignidad y asumiendo naturalmente los cambios que ello conlleva, pero podríamos decir que el retinol tiene esta utilidad. No se debe mezclar con otros productos que contengan retinol.
3- Tercer y cuarto ciclos: hidratación.
Después de dedicar un día a la exfoliación y otro día al retinol nuestra piel necesita descansar. En los dos días siguientes utilizaremos un tratamiento de hidratación con ácido hialurónico, niacinamida o cualquier otro activo que os venga bien. Mi sérum también es de Nacomi, pero os prometo que no me pagan por promoción.
¿Solo se usan esos productos en toda la rutina?
No, el resto de la rutina se mantiene igual. Es decir, primero nos limpiamos bien el rostro con nuestro producto habitual (lo mejor es una doble limpieza), después nos aplicamos el tónico teniendo cuidado de que no contenga activos que entren en conflicto con los ácidos y el retinol (yo uso el tónico en spray Acai Berry de Ziaja), después pasaríamos al producto especial de cada ciclo (el ácido, el retinol o el sérum hidratante), tras lo cual podríamos incluir alguna esencia (yo nunca dejo de lado la esencia de caracol de Cosrx) antes de finalizar con una crema hidratante de noche.
¿Y la rutina de mañana?
La rutina de mañana no cambia, puesto que no utilizamos esos activos, salvo quizá el ciclo hidratante que es inocuo. Yo aprovecho las mañanas para aplicarme un sérum de 15% de vitamina C, un contorno de ojos con cafeína, un aceite, otra hidratante diferente para el día y protector solar.
Mi experiencia
Después de explicaros qué es y cómo lo hago, os voy a decir por qué me está gustando:1- Mi piel se ve bien. Este es el mejor indicador de que una rutina funciona.
2- La rutina de noche es más corta y sencilla. Simplificando la rutina de noche evitamos la pereza que nos da tirarnos un rato en el baño saltando de un paso a otro.
3- Las pautas claras me motivan y no se me olvida. La mitad de los días siempre me olvido de algún paso de la rutina o de la rutina entera, pero con esta fórmula siempre sé qué noche me corresponde cada día.
4- Es una rutina que deja muy claro lo que hay que hacer y cuándo hay que hacerlo, evitando así que tengas que estar buscando información en páginas especializadas y paseándote por los pasillos de las perfumerías cogiendo productos y leyendo sus descripciones minuciosamente para saber si lo necesitas, cómo se aplica y en qué medida. Yo no soy una experta y cada vez que sacan productos nuevos me desquicio un poquito. De esta manera tengo muy claro lo que estoy haciendo.
5- Ahorras dinero y espacio. Ya no necesitas mil productos con mil funciones diferentes y eso se nota en el bolsillo y en la estantería del baño.