La mesoterapia es una técnica de aplicación de medicamentos. Se empezó a utilizar en los años 60 de la mano del Doctor Michel Pistor, primero en veterinaria y después en personas para aliviar el dolor. En los años 70 fue cuando comenzó su uso a nivel estético.
¿EN QUÉ CONSISTE?
Se trata de depositar, mediante microinyecciones, sustancias activas a nivel intradérmico para paliar deficiencias de la piel, consiguiendo además un efecto de estimulación física producido por la acción de la aguja.
Segura, 100% efectiva y poco invasiva, ofrece resultados naturales y llega donde la cosmética no puede, sin cortes ni suturas. A diferencia de la toxina botulínica, que disminuye la capacidad de contracción de los músculos de la cara, o de los productos de relleno, que restauran los volúmenes, la mesoterapia aporta los nutrientes necesarios para conseguir resultados más generales y por eso naturales.
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DIME DE QUÉ CARECES
Se puede emplear prácticamente para todo. Se inyecta biotina para prevenir la alopecia masculina y para mujeres tras el parto, o con problemas de estrés, falta de hierro, en definitiva cualquier episodio de caída capilar.
En el cuerpo, la aplicación de carnitina rompe la grasa, mandándola donde se necesita. La alcachofa, drenante, elimina líquidos retenidos que pueden ser tóxicos para nuestro organismo. Meliloto cuando el problema es hormonal…
Ácido hialurónico, vitamina C, oligoelementos… Un tratamiento de mesoterapia facial ayuda a recuperar la hidratación, atenúa arrugas y lesiones pegmentarias, mejora el contorno del óvalo, proporciona elasticidad y toxicidad…
Se aporta justo lo que se necesita de la manera más directa. Se pueden combinar entre sí los principios activos para hacer cócteles a medida en función de las necesidades de cada uno y así garantizar un tratamiento personalizado. Meshohyal de Mesoestetic Pharma Group (único laboratorio farmacéutico español fabricante de productos sanitarios para aplicación intradérmica autorizado por la CE), dispone de 10 productos todos ellos con ácido hialurónico (no reticulado, es decir sin efecto relleno) para aportar una hidratación extra a la piel, mejorando su calidad y turgencia tanto en tratamientos faciales como corporales.
¿Quién, cómo y dónde?
Sólo un profesional de la medicina estética debería aplicar este tipo de tratamientos. Son protocolos de 20-30 minutos de duración que permiten al paciente reincorporarse a la vida cotidiana de inmediato. El número de sesiones dependerá de la zona a tratar, de 5 a 12 en intervalos de una cada 7 o 15 días.