La mesoterapia es un clásico de la medicina estética. Se inventó en 1952 en Francia y desde entonces, sus notables beneficios hacen que muchísimas mujeres ya lo hayan probado. Consiste en la administración intradérmica o subcutánea de distintas sustancias homeopáticas en dosis muy pequeñas. Esto se realiza mediante múltiples microinyecciones que pueden realizarse con el apoyo de una pistola de mesoterapia automática o de forma manual.
Según el Instituto Médico Láser (IML), los principales efectos de la mesoterapia contra la celulitis son promover la activación de la circulación local, mejorar la oxigenación tisular, estimular la lipólisis y reafirmar los tejidos.
Resultados y aplicación
La mesoterapia es uno de los tratamientos que mejores efectos provoca en la mejora de la temida piel de naranja. Es precoz y de efecto prolongado, aunque no definitivo. La media de aplicaciones es de 10 sesiones, que duran entre 10 y 15 minutos, aunque esto siempre depende la zona a tratar y del tipo de celulitis, como bien nos informa Josefina Royo, Subdirectora del IML.
Este tratamiento puede aplicarse en todo el cuerpo menos en los pechos y las zonas más demandadas son los glúteos, muslos y cara.
La mesoterapia facial es sin duda la más conocida. Es la que utiliza ácido hialurónico y vitaminas en sus microinyecciones y sirve para mejorar considerablemente la flacidez de la cara, cuello y escote. Además, aporta una hidratación extra y corrige pequeñas arrugas.
Una de los factores a tener en cuenta a la hora de empezar el tratamiento de mesoterapia es que ésta debe ser aplicada por personal especializado y nunca por esteticistas, que no están autorizadas para pinchar inyecciones. Teniendo en cuenta esto y con unas buenas condiciones asépticas, las complicaciones de la mesoterapia son mínimas y muy ocasionales. Además, es prácticamente indolora.
Mesoterapia virtual
La doctora Royo también nos ha hablado de la mesoterapia virtual, una técnica novedosa, que es similar a la convencional y persigue sus mismos objetivos: eliminar la celulitis. Sin embargo, la diferencia con ella es que no se utilizan agujas ni se pincha la piel, por lo que no es un tratamiento invasivo.
Está basada en el fenómeno de la electroporación, una técnica que consiste en la aplicación de sustancias activas por un lado, y por otro de pulsos eléctricos de bajo voltaje que producen alteraciones puntuales en el comportamiento de la membrana celular. Esto permite la formación de poros que facilitan la entrada de sustancias en el interior de la célula.
Este tratamiento no necesita ningún tipo de anestesia, no produce hematomas ni sangrado, se puede aplicar por todo el cuerpo y no tiene prácticamente efectos secundarios.
Agradecimientos: Instituto Médico Láser