Las experiencias de oleoturismo tienen como objeto descubrir todo el proceso de elaboración de nuestro oro líquido, el aceite de oliva. Dependiendo de la época (y si la climatología lo permite), podemos disfrutar de una experiencia en la que se comenzaría vareando lo olivos, podrás pasear por olivos centenarios y descubrir las diferentes variedades de las aceitunas, y descubrimos todo el proceso que se lleva a cabo en la almazara hasta la obtención del aceite de oliva. Una experiencia que podemos realizar en familia, incluso con los más peques de la casa.
En la Comunidad Valenciana, podemos disfrutar de esta experiencia en la Cooperativa de Viver (Castellón), cuyo famoso aceite Lagrima, se produce en su propia almazara, gracias a la variedad principal de la comarca que es la Serrana del Palancia, y cuyo aceite, Lagrima, está elaborado tan sólo con esa variedad. Por la comarca también están presentes otras variedades de olivos como son Picual, Arbequina y Villalonga, que forman el aceite Vivarium también de la misma cooperativa.
La experiencia, comienza paseando por los olivares centenarios de la zona, donde nos enseñan a distinguir algunas de las variedades de olivos que nos encontramos. En época de recogida de la aceituna, podemos incluso participar en el proceso de su recogida, vareando por unos minutos los olivos centenarios, esta actividad estará sujeta a la climatología, en nuestro caso no pudimos llevarla a cabo. Seguidamente, volvemos a la almazara donde veremos todo el proceso de la elaboración del aceite, desde la entrada de la aceituna hasta el triturado de la misma para posteriormente destilar y por último obtener ese oro líquido.
Una vez hemos descubierto todo el proceso de su elaboración tendremos la oportunidad de llevarnos a casa una jarra de aceite de oliva de la cosecha de ese mismo día. Sin duda alguna una bonita experiencia para compartir con los más peques, donde después de varear las aceitunas y llevarlas a la almazara se llevan su propio aceite.
Por último, disfrutaremos de una cata de aceite en la que saboreamos de una forma distinta ese aceite, buscando hasta su última nota gustativa, y naturalmente disfrutamos de su aroma. La cata termina con un almuerzo con productos del Alto Palancia, acompañado con dos de sus vinos. Y es que en la cooperativa de Viver podemso disfrutar de su cata de aceite o de su cata de vinos.
Y ¿Tu a cuál te apuntas?
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