Dejando atrás toda discusión acerca de los estereotipos femeninos sobre concursos de belleza y hasta de Mr. Trump, confiesamos que nos gusta ver este tipo de formatos por el despliegue logístico, de maquillaje, de vestuario y artístico.
Como cualquier mortal que al final y al cabo, está fuera de esas esferas y recibe sólo el producto final, diremos lo que vimos.
Lo bueno.
El escenario: No estaba sobrecargado. Las pantallas, luces y la proyección nos parecieron de primer nivel. Pero pasaron de lo sobrino a lo extremadamente sencillo.
El vestuario de las participantes: Se notó la calidad en la confección tanto el de inicio como el de la sección de preguntas.
Johanna Solano: Nos pareció muy adecuado contemplarla entre los jueces. No sólo por lo logrado en Miss Universe, sino porque le daba un peso importante su sola presencia. Sobresalía su seriedad y congruencia, así como su imponente personalidad en donde quiera que la cámara la seguía. Lo mejor de la noche por mucho!
El vestuario de fantasía para Miss Universo. Fue un concurso abierto, televisado y no arbitrario. Tremenda responsabilidad como diseñador puede ser, y ahora tiene un mayor peso que esperamos se vea reflejado proximamente.
El maquillaje. Las nuevas tendencias de maquillaje se impusieron. Sin embargo, a una participante en particular no le favoreció porque acentuaba la cuenca de los ojos más aún. Adecuado para una presentación artistica pero no para un concurso de belleza.
Lo malo.
Qué mala nota, pero la presentadora invitada se sentía más nerviosa que las participantes. Ella lo dijo en una y mil entrevistas en las pocas horas que estuvo en suelo tico que nunca lo había hecho. No fue acertada. Una pena.
Muy muy personal. Tal vez los bailarines profesionales tengan más que opinar pero no nos gustó la parte dancística.
A mejorar
La parte musical. El intento fue muy válido. La ejecución del piano en vivo con la mezcla sonaba… bueno … era disonante ya que el balance de sonidos no estuvo bien aunque trataron de solucionarlo. Pero esto no lo quita mérito al señor Federico Céspedes, qué calidad, nuestros respetos.
Imagino que para los seguidores de Mal País la composición no le hace mérito a la agrupación, ni mucho menos a don Fidel, qDg. Y tienen razón. Pero lo más rescatable es que lo hicieron! Sí! Debería plagarse de composiciones sobre agrupaciones nacionales de ese calibre.
Dejaron sólo una mezcla, muy buena por cierto (Bang My Head de David Guetta), que fue corta para la presentación de las participantes en la sección de vestido de baño. Sentí que se repetía una y otra vez, como los tonos de espera en una central telefónica.
Conclusión.
Dio la impresión de que fue un poco a la carrera y con poco presupuesto.
Aquí nuestra apreciación personal. Comentarios sólo respetuosos y tratando de ser muy objetivos.
Rode Loaiza. Músico, decoradora, maquillista.
Ana Mc. Una simple expectadora, seguidora del trabajo del diseño de modas nacional.