"No echo de menos ser niño, pero echo de menos el placer que me producían las pequeñas cosas, por más que las cosas importantes se estuvieran desmoronando. No podía controlar el mundo en que vivía, no podía huir de las cosas, la gente o los momentos que me hacían daño, pero disfrutaba como un enano de lo que me hacía feliz."
Argumento: Una novela sobre el recuerdo, la magia y la supervivencia; sobre el poder de los cuentos y la oscuridad que hay dentro de cada uno de nosotros.
Hace cuarenta años, cuando nuestro narrador contaba apenas siete, el hombre que alquilaba la habitación sobrante en la casa familiar se suicidó dentro del coche de su padre, un acontecimiento que provocó que antiguos poderes dormidos cobraran vida y que criaturas de más allá de este mundo se liberaran. El horror, la amenaza, se congregan a partir de entonces para destruir a la familia del protagonista.
Su única defensa la constituirán las tres mujeres que viven en la granja desvencijada al final del camino. La más joven de ellas, Lettie, afirma que el estanque es, en realidad, un océano. La mayor dice que recuerda el Big Bang (extraído de la web de Roca Editorial)
Crítica personal: reconozco que soy la persona más fácil del mundo para regalar, si me dan un producto de maquillaje, un libro o una película ya me tienen ganada. Esta pequeña joya que os doy a conocer cayó en las Navidades del 2013 y debo decir que fue mi gran descubrimiento lector del año pasado. De la mano de uno de mis autores favoritos, Neil Gaiman (conocido por su trabajo de "American Gods", la novela gráfica "Sandman" o la obra llevaba al cine "Stardust") nos llega una historia llena de belleza pero ambientada en un mundo siniestro en la que nos da a entender que la magia sigue existiendo en la vida de los adultos, pero que a medida que crecemos dejamos de creer en ella.
Uno de los aspectos que más me gustan de la novela es ese canto que hace al amor por los libros, a cómo muchas veces a lo largo de nuestra existencia se convierten en nuestro refugio lejos del mundo que nos rodea. Pero sobre todo es un toque de atención sobre el poder de los recuerdos, de nuestra capacidad de supervivencia y sobre cómo a medida que nos vamos haciendo mayores vemos más el lado oscuro de las cosas y olvidamos que la magia aún nos rodea y está presente.
Conclusión: para mí es la novela que cualquier persona que ame la literatura debería tener en su biblioteca personal. Es uno de esos libros que te tocan la fibra sensible, que te hacen sumergir de lleno en la historia y olvidarte de cuanto te rodea (y yo por lo menos me enganché a él y hasta que no lo terminé no pude soltarlo). Pero sobre todo porque es un recordatorio de lo que hemos dejado de ser en nuestro afán por hacernos mayores.
¿Queréis más pruebas de lo que os digo? Os dejo unas cuantas perlas que encontraréis entre sus páginas.
"Además, cuando estaba en mi habitación, a nadie le importaba que dejara la puerta del pasillo entornada para que entrara un poco de luz. La oscuridad me daba miedo, y así podía seguir leyendo a escondidas cuando debería estar ya dormido. La escasa luz que entraba por la puerta entornada me permitía leer cuando yo quería. Y siempre quería leer."
"Me encantaba dormir con la ventana abierta. Las noches lluviosas eran las que más me gustaban: abría la ventana, me recostaba en la almohada y cerraba los ojos para sentir el viento y la lluvia en la cara mientras escuchaba el rumor de los árboles. Algunas gotas de lluvia caían directamente en mi cara, si tenía suerte, y yo imaginaba que surcaba el océano en mi barco, mecido por las olas".
"Según había leído en mi libro de mitología griega, los narcisos se llamaban así por un apuesto joven, tan guapo que había acabado enamorándose de sí mismo. Se vio reflejado en el agua de un estanque, y no podía dejar de mirarse, así que al final murió y los dioses se vieron obligados a transformarlo en una flor. Después de leer aquello imaginé que el narciso debía de ser la flor más bonita del mundo"
"?Me encanta mi océano ?dijo Lettie, y supe que había llegado el momento de levantarse de allí.
?Pero es solo una fantasía ?señalé, con la sensación de estar traicionando mi niñez al admitirlo?. Tu estanque no es un océano. No puede ser. Los océanos son más grandes que los mares. Tu estanque no es más que un estanque.
?Es todo lo grande que tiene que ser ?dijo Lettie Hempstock"
Espero de corazón que le deis una oportunidad. Os aseguro que no os defraudará y extraeréis una valiosa lección de sus páginas. Un besazo enorme y feliz fin de semana.