¡Buenos días, chicas!
Hoy vengo con una entrada diferente, en el blog, pero espero que os guste..., jejeje. Gracias a los expertos, de la tienda online "Misohi Cosmética", me han ofrecido publicar este estupendo artículo. El cual, os animo mucho a que lo leáis. Debo aclarar, antes de nada, que las fotos, tampoco son realizadas por mí...
En este nuevo post, han recopilado algunos (porque hay muchos más..., ¡lo sé!, jejeje) de los ingredientes más tóxicos en lo que se refiere a las cremas hidratantes. Un tema muy importante y que todas debemos tener en cuenta, con el fín de evitarlos en nuestra piel. ¡Espero que os guste!.
"Cómo Identificar Tóxicos en Cremas Hidratantes"
La piel, el mayor órgano de nuestro cuerpo, actúa como una esponja absorbiendo lo que aplicamos sobre ella. Muchas empresas utilizan sustancias químicas en sus formulaciones que, pese a proporcionar una sensación de hidratación y suavidad, recubren la piel con sustancias químicas tóxicas, irritantes y sintéticas que finalmente son absorbidas por la piel. Por ello, es importante saber identificar los ingredientes que son seguros para la salud y cuales son las que debemos evitar:
Parabenos:
Se encuentran en todo tipo de productos de cuidado personal y actúan como conservantes protegiendo los cosméticos del crecimiento bacteriano y prolongando su vida útil bajo los nombres Ethylparaben, Methylparaben, Butylparaben, Proylparaben…
Sin embargo, según la Comisión Europea, los parabenos tienen propiedades similares a los estrógenos y pueden estar relacionados con la alteración endocrina. Esto significa que pueden interferir en el equilibrio hormonal del organismo y desarrollar células anómalas, disminución de la fertilidad y la endometriosis.
Estos conservantes están limitados por la Comisión Europa entre un 0,8% y 0,14% para evitar el riesgo de absorción, y en 2014 se prohibió el uso de algunos de ellos como el Isopropylparaben o Isobutylparaben.
Cabe destacar que muchas empresas que indican que su producto es sin parabenos utilizan el phenoxyethanol como sustituto. Sin embargo, tiene una composición muy similar y resulta tóxico para el sistema inmunitario.
Derivados de formaldehído:
El formaldehído se utiliza como conservante, penetra en la piel fácilmente e incluso en dosis pequeñas resulta irritante, alérgeno y puede provocar el desarrollo de células anómalas. Está calificado como tóxico y restringido por la unión Europea. En algunos países como Suecia y Japón su uso está prohibido en cosmética.
Pero no solo es tóxico el formaldehído, también otros compuestos que pueden liberar este gas como Quaternium 15, Bronopol, Imidazolidinyl Urea, DMDM Hydantoin...
DEA, MEA y TEA:
Se utilizan como espesante para obtener texturas espumosas en champús, espumas de afeitar o cremas. El uso de una pequeña cantidad de estos componentes químicos puede causar una leve irritación en la piel y en los ojos, pero una alta exposición puede resultar tóxica. Además, también están relacionados con el desarrollo de células anómalas en la piel.
Estos ingredientes pueden contener variables en el nombre como Dietanolamina (DEA), Monoetanolamina (MEA) y Trietanolamina (TEA), Cocamide DEA y Lauramide DEA entre otros, pero su toxicidad es la misma.
PEG:
PEG es una mezcla de polímeros que se obtienen tras un proceso de fabricación con gases tóxicos que pueden dejar residuos. Se utilizan como emulsionantes, tienen gran capacidad de penetración en la piel y favorecen la absorción del resto de ingredientes.
Los cosméticos que contienen PEG a menudo contienen sustancias químicas nocivas, por lo que pueden facilitar su entrada al organismo. Podremos identificarlos con el nombre Polyethylene glycol, o PEG, Ceteareth, Laureth, Cethet seguido de un número.
Parafina:
Se trata de una sustancia derivada del petróleo utilizado en cremas y lociones. Se usa para dar una textura cremosa al cosmético. Actúa creando una película sobre la piel que evita la deshidratación proporcionando un tacto suave y sedoso.
Sin embargo, esta película obstruye los poros, no deja respirar a la piel e impide la eliminación de toxinas y, en consecuencia, favorece la aparición de acné, reacciones alérgicas, sequedad e irritación. Entre los más comunes se encuentran Paraffinum, Paraffinum liquidum, Petrolatum o derivados de los nombres anteriores.
Perfumes:
La gran mayoría de productos para el cuidado personal incorporan fragancias para aportar un olor agradable. Sin embargo, bajo el nombre “fragancia” las empresas pueden añadir todo tipo de sustancias sin la necesidad de nombrarlas en el etiquetado. Esto se debe a que según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), las empresas no están obligadas a desvelar la composición de sus fragancias porque se considera secreto comercial.
Sin embargo, en cosméticos ecológicos las fragancias proceden de aceites esenciales naturales y no contienen sustancias químicas. Se pueden identificar fácilmente gracias al asterisco que se utiliza para diferenciarlos de los perfumes sintéticos.
Ftalatos:
Compuestos químicos utilizados en cosmética gracias a su capacidad para incorporar aromas y aumentar la persistencia de las fragancias. Actúan como disruptores endocrinos de manera que alteran el equilibrio hormonal del cuerpo y están relacionados con la infertilidad, la disminución de los niveles de testosterona y la malformación del sistema reproductivo entre otros.
Los podemos encontrar bajo el nombre dietilexiloftalato (DEHP), dibutilftalato (DBP), butilbenzilftalato (BBP), diisodeciloftalato (DIDP)...
Son muchos los ingredientes químicos que podemos encontrar en los productos de cuidado y belleza habituales y, aunque sea difícil evitarlos todos, podemos limitar nuestra exposición para disminuir su impacto sobre nuestra salud.
Autores: A. Anabitarte y N. Marcos Expertas en cosmética natural en Misohi Cosmética.
¡Espero que os haya gustado este artículo!