HIDRATACIÓN:
Está indicada para cabellos resecos, opacos y de sensación áspera. La hidratación es el tratamiento más suave que se puede realizar para mejorar y mantener la melena, para ello se utilizan productos con D-Panthenol, glicerina, las vitaminas, extractos de plantas como el aloe vera o aceite de oliva, derivados del azúcar como la sacarosa y los extractos de plantas, como el aloe vera entre muchos otros. Los productos de hidratación aportan suavidad, brillo, facilidad de cepillado, ayuda a prevenir la caída, estimulan el crecimiento del cabello y se puede conseguir con productos como champú, acondicionadores, productos sin aclarado o mascarilla de hidratación.
NUTRICIÓN:
Ideal para aplicar en cabellos con frizz, porosos, con puntas abiertas y estropeadas. Nutriendo el cabello se reponen nutrientes grasos o lípidos minimizando el encrespamiento, la porosidad, aporta brillo y flexibilidad. Para ello se utilizan productos con aceites naturales como el aceite de coco, de argán, aceite de oliva o mantecas. Aplícalo en medios y puntas pero ten cuidado de no aplicar en raíces ni demasiado producto para que no quede apelmazado, pesado o con aspecto graso.
RECONSTRUCCIÓN:
Indicado para los cabellos frágiles, estropeados, quebradizos… melenas que se han visto afectadas por tratamientos químicos o tintes. Es un tratamiento más profundo que ayuda a sanar desde el interior de la fibra mediante productos que contengan proteínas y aminoácidos, componentes como la keratina, el colágeno, la creatina, o la cisteína. Aplicando correctamente éstos productos conseguimos elasticidad, resistencia y mejor calidad de cabello pero hay que tener cuidado de no aplicar demasiado producto y conseguir el efecto contrario. Son tratamientos más delicados, que conviene hacérselos en un salón de peluquería.
¿CÓMO SÉ QUE TRATAMIENTO NECESITO?
Además de observar nuestro cabello y ver si tenemos algunas de las condiciones anteriormente descritas, hay algunos trucos que podemos mirar:
Si el cabello está deshidratado lo notamos reseco, sin brillo, con mucha facilidad para enredarse, en éste caso, lo que le falta es agua y tenemos que dársela con productos hidratantes, que son los más flojitos.
Si el cabello está desnutrido lo vemos encrespado, con las puntas abiertas, muy poroso, vemos que necesita brillo y flexibilidad. Un truco para aumentar la nutrición del cabello es aplicar los aceites unos 30 minutos antes del aseo y pasado ese tiempo lavar como siempre lo haces.
Un cabello que necesita reconstrucción lo vemos quebradizo y frágil, con puntas y cutículas abiertas que no retienen el agua. En estas condiciones se necesitan tratamientos específicos que deben realizarse en peluquería.
CRONOGRAMA CAPILAR:
Un cronograma capilar es como una agenda de tratamientos donde organizas qué días vas a lavar el cabello y qué tratamiento vas a aplicar según tus necesidades con duración de 1 mes (4 semanas).
Para empezar podemos hacer una prueba de porosidad (apertura de la cutícula), para ello, mete una hebra de cabello en agua y observa dónde se queda: si se adentra hasta el fondo significa que es muy poroso y necesitarían reconstrucción; si se queda en medio del envase significa que es de porosidad normal por lo que estaría bien aplicar nutrición; si la hebra se queda arriba del envase significa que no es poroso y necesitaría tan sólo hidratación.
Para crear el cronograma capilar se siguen algunas reglas: se debe ir ascendiendo posiciones (hidratación- nutrición y reconstrucción), deben pasar al menos 48h entre tratamientos (máximo 3 veces a la semana). El champú y el acondicionador que se utilice en la rutina del cronograma debe ser siempre el mismo, la mascarilla va cambiando y en el caso de que se lave el cabello más de 3 veces a la semana, se usará sólo champú y acondicionador. Los productos deben ser sin sal y sin parabenos.
Aquí os dejo algunos ejemplos de cronogramas capilares para distintas situaciones:
Cabellos sin volumen, sin elasticidad, sin brillo:
Puntas secas y dañadas:
Cabellos secos, quebradizos, puntas abiertas: