Aprendí que no todo lo que brilla es oro, y que la pérdida también significa abrir puertas (y aveces ventanas) a situaciones nuevas.
No sólo perdí. también conocí, valoré y conservé a las personas vitamina en mi vida. Comprendí la "sororidad" como filosofía en mi vida. Y descubrí con gran horror que el peor enemigo de la mujer no es el hombre, sino la desidia y la crítica de otras mujeres.
He luchado contra la crítica (incluso de mi familia) y me siento orgullosa he aprendido a tomar las críticas que me han lanzado para convertirlo en fortaleza. Aprendí a conocerme completamente, a disfrutar de mi soledad y caminar en la oscuridad convirtiéndome en luz.
Todavía me hace falta caminar en medio de la adversidad, a este mundo le hace falta compasión. Todavía no logro aterrizar este cúmulo de ideas y emociones. Pero ahora entiendo a dónde quiero ir, y adónde no quiero regresar.
Este nuevo año decreto que sea de trabajo, de amor y mucha compasión. Y decreto alcanzar todos los proyectos que emprenda, no sólo en el área laboral, sino también en el área personal.
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