Fuente: buscador Google
Antes de nada, vamos a empezar con un poco de historia. Se dice que el origen de esta crema está en la afición que Elizabeth Arden tenía por los caballos. La desarrolló en 1930 para cuidar las patas de sus purasangre y la utilizarba como crema para todo en sus salones de belleza. Se cuenta que el famoso nombre se lo dió una de sus clientas, que utilizó la crema para curar la rodilla de su hijo, y dijo que en 8 horas la rodilla estaba totalmente curada.
La efectividad de la crema radica en sus ingredientes, entre los que se incluye petrolato, vitamina E y ácido salicílico, entre otros. Es un bálsamo de color albaricoque, algo untuoso, aunque fácil de extender. A primera vista parece que va a resultar muy pegajoso pero una vez que nos lo aplicamos, se absorbe muy rápidamente. Durante el invierno, con el frio, el bálsamo está más denso. En el momento que se pone sobre la piel, al ir cogiendo temperatura, se vuelve más cremoso. Mucho cuidado en verano porque según la temperatura puede volverse casi líquido.
Os dejo unas fotos para que veáis la textura.
Voy a contaros cómo la conocí yo. Una amiga mía ya utilizaba Eight Hours como hidratante de labios desde hacía bastante tiempo. Ella tenía, y tiene, el formato en tarrito y lo lleva encima todo el tiempo. Pues bien, en un viaje a Sevilla hace varios años, con un calor tremendo, las sandalias que llevaba me hicieron daño en los pies. Me salieron unas ampollas tremendas y del roce se me terminaron por reventar. Imaginaros el dolor. Así que entré en El Corte Inglés para comprar unas tiritas o algo para proteger las heridas. De la que me iba, me acerqué al stand de Elizabeth Arden y me decidí a comprar Eight Hours, siguiendo el consejo de mi amiga. Yo pedí el tarrito pero la chica me dijo que por el mismo precio me podía llevar formato de tubo, que traía una crema de manos y una hidratante corporal. Pues bien, me llevé el tubo y bendita la hora.
Al llegar al hotel de noche sólo podía pensar en el dolor de las heridas que tenía en los pies. Sabía que con el solo roce de las sábanas iba a ver las estrellas. Una vez en la cama me puse a leer las indicaciones del bálsamo, y ví que era apto para rozaduras y abrasiones, así que decidí ponerme un poco en las heridas. ¡Dios mio! Mano de santo. A la mañana siguiente no me dolían nada y durante la noche el roce de la ropa no me hizo nada de daño. ¡No me lo podía creer! Un maravilloso descubrimiento.
Fuente: buscador Google.
Este es el formato actual del tubo. El mio, que es el de la foto anterior, ya tiene un tiempo.
Después, investigando, descubrí todos los usos de Eight Hours que son muchísimos:
Hidrata y proteje la piel, suavizando y aliviando irritaciones.
Se puede utilizar como brillo de labios, cejas, pómulos… También se puede utilizar como fijador para las cejas.
Hidrata los talones o las durezas de los pies.
Alivia y calma quemaduras, rozaduras, rasguños…
Calma la piel tras la depilación.
Para las grietas del pezón de las mamás lactantes.
Os puedo decir para qué lo utilizo yo principalmente:
Sin lugar a dudas para las ampollas. Cuando me sale una, con cuidado la pincho, saco todo el líquido y echo el bálsamo.
Para las quemaduras, tanto para las del sol como para las que te haces al freir, planchar… Extiendo una capa no muy gruesa, aunque no demasiado fina, y dejo que se absorba.
Cuando tengo catarro y tengo la nariz muy irritada de sonarme.
La gama Eight Hour Cream es muy amplia. Podeis echarle un vistazo en la web de Elizabeth Arden España y EEUU.
Espero que os animéis a utilizar el bálsamo y le encontréis más usos. ¿Alguien la ha probado ya y tiene algún otro uso?