Tanto Raf Simons como Nicolas Ghesquière, directores creativos de Dior y LV respectivamente, apostaron por unir el mundo de la arquitectura con el de la moda, presentando sus colecciones crucero en sitios únicos que por sí solos ya transmitían un fuerte mensaje a los asistentes.
En el caso de Dior, los asistentes se desplazaron hasta Le Palais Bulles, un edificio futurista de tonos rosados que ya anticipaba el juego de volúmenes y el aire futurista-vintage de la colección. La propuesta de Raf Simons siguió la línea de sus colecciones anteriores, reinventando diseños y técnicas tradicionales. Alguno de sus estampados utilizados nos recuerdan a la colección de prêt à porter.
Esta estética futurista también fue la que nos mostró Louis Vuitton en Bob Hope house a lo alto de una colina, donde los invitados pudieron además de la colección una de las mejores vistas de Palm Spring. Las modelos se paseaban por la casa y por el jardín con looks donde se demostraba la maestría al trabajar el cuero tanto a la hora de hacer prendas troqueladas, como en los accesorios.
DIOR
Louis Vuitton
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