El contorno es lo que ayuda a crear dimensión al rostro. Luego de aplicar la base y los polvos, el rostro queda parejo, de un sólo tono. Usando productos cremosos, o en polvo, en tonos más oscuros al de la piel, se logra crear sombras y profundidad.
El contorno va de la mano del bronzer el rubor y el iluminador.
El baking es básicamente para sellar el corrector. Se usa una cantidad generosa de polvos translúcidos, al momento de sellar el corrector, y se hace en forma de triángulo invertido (una línea paralela a la nariz, que se conecta a la sien, y toda esa área debajo de los ojos). Este polvo (suelto, compacto, un poco más claro que el tono de piel) se retira, luego de unos minutos mientras te vas maquillando quizás los ojos u otras áreas del rostro.
Atención, si tienes arruguitas en esa área, no te aconsejo está técnica pues podría acentuar tus líneas.
Ambas técnicas van de la mano, para crear forma al rostro, pero no son necesarias en nuestro día a dia y menos si no tienes la práctica. No todos necesitamos contornear los mismos puntos, primero define cuáles son tus áreas en las cuales necesitas adelgazar o darle forma y luego trabaja practicando.
Cuánto tiempo sellar el corrector de esta manera dependerá del efecto que le quieras dar, lo dejarás más o menos tiempo.
En cuanto al contorno, hazlo sólo en ocasiones especiales.
A diario, sólo uso un poco de bronzer y rubor te funcionará.
Recomiendo probar, y ver que queremos hacer, que nos gusta y que no.