Tema de Luza Ríos para la revista PUNTO
Vivimos en un sistema social, donde se nos impone hasta cómo
comportarnos. De pronto nos damos cuenta que ser auténtico, es estar loca, o ser rarito.
Yo creo que ser autentico, significa manifestarse con inocencia, expresarse con la naturalidad
espontánea de ser, sencillamente. Pero el protocolo social, azota estos comportamientos, la sinceridad se castiga, con el desprecio, la crítica, y finalmente la indiferencia del grupo.
Son pocas las personas que seguimos tratando de conservar esta autenticidad, entre comillas, porque quiera o no, sucede un cambio. Morderse la lengua y callar en momentos donde tenemos algo importante que decir, pero no lo decimos, porque esto puede herir sentimientos y crearnos un gran problema; preferimos crearnos el problemas nosotros mismos, porque cuando callamos, estamos somatizando un disgusto contenido, cuando sentimos deseos de dar un puñetazo, pero optamos por ofrecer nuestra mejor sonrisa. En corto tiempo, estamos con contracturas musculares, trastorno del sueño, y problemas digestivos; todo ocasionado por no expresar nuestros verdaderos sentimientos, por no decir lo que sentimos en aquel momento; somos deshonestos con nosotros mismos, cambiamos, evitar un disgusto a otra persona, o enfrentar la verdad, para ocasionarnos un gran disgusto, a nosotros mismos.
Pero este falso comportamiento, pasa factura en algún momento; lo que no se dice a tiempo, se va acumulando en alguna zona de nuestro inconsciente, y tarde o temprano sale a la luz. Desafortunadamente sale en el momento menos esperado, sale por alguna tontería; lo curioso del tema, es que cuando sale, nos quedamos sin argumentos, no decimos nada, porque no hay nada que decir, el momento de hablar se nos ha terminado.
Explotamos por una tontería, porque hemos acumulado grandes cantidades de motivos; Aquel momento era idóneo para expresar nuestra molestia, nuestro sentir abrumador. Pero no dijimos nada; sino decimos nada, la otra persona cree que está haciendo lo correcto, porque no lo sabe, no le damos la oportunidad para que cambie, seguirá cometiendo el mismo error, una y otra vez; mientras que incubamos mucho resentimiento que va creciendo poco a poco lentamente, hasta puede llegar a ser letal.
Mientras una persona cree que no pasa nada, la otra está rumiando su rencor. Su actitud cambia, poco a poco va perdiendo su sonrisa, nada le divierte, no puede sostener una conversación porque todo es negativo, la explosión se ve venir, su emoción está cargada de resentimiento y pesa más, que todo lo bueno que esté por suceder.
Hombres y mujeres, repetimos mucho este comportamiento, tratando de evitar un altercado espontáneo, consentimos que se haga, diga o manifieste algún suceso que no aceptamos. Si se acepta con hipocresía, pasarán los tiempos y ese suceso sigue ahí, robando energía, cargándose de veneno, contaminando todo lo que suceda, bueno o malo; esta contaminación sigue impregnando cada suceso manifiesto, y va sumando hasta que llega un momento que sale a la luz, y sale tan contaminado, que el hedor con que sale es insoportable, sacando lo peor de cada uno.
Si no se habla con honestidad, en el momento preciso, inmediatamente haya un suceso que no te aceptas, este auto engaño traerá como consecuencia, algo tan desagradable que te sorprenderá. Se ha llegado a esto por evitar un disgusto, pero finalmente deja de ser un disgusto y pasa a ser una gran batalla que puede terminar en guerra. Lo hubiese evitado si lo hablara a tiempo.
Reflexión.
Que hay detrás del silencio? Omitir es lo mismo que engañar? Ser prudente significa aguantar que te pisen? Porque se evita un conflicto aceptando algo que es molesto para ti?
No entiendo porque a la gente le aterra decir la verdad a alguien que esta cometiendo un error, y en algún momento ni siguiera es un error del otro, sencillamente estamos equivocados, y por no hablar claro, esa disyuntiva se mantiene. Pero también pasa, que algunas personas se molestan porque le dicen algo cuyo comportamiento queda en entredicho. El crecimiento de una persona es un día a día, se basa en hacer ajustes continuos para adaptarse y vivir en un equilibrio cada vez mas difícil de mantener, debido a los conflictos sociales que vivimos en tiempos actuales.
La sociedad moderna vive hipócritamente, una sonrisa y si a todo; pero interiormente reprime su verdadera naturaleza, aceptando lo que no le hace muy feliz. Las personas sinceras que van directo al grano, que son practicas, y no se enredan con hilos de farsa y manipulación son tildados de malos, agresivos, mal carácter; que confusión, confunden ser directamente sincero con emociones de rabia y control. En las parejas es muy dado, que en su intimidad no hablen, no haya sinceridad, y esto se traduce en que no hay confianza, sino se nada de ti, y hay misterio me da la libertad de desconfiar. Parejas que no dialogan, que no se abren a contar hasta sus mas íntimos deseos, fantasías o cualquier tipo de cosas de la cotidianidad, no se permiten mucho menos decirle al otro lo que mas le molesta; pero si en cambio, eso que molesta de su pareja, si lo saben sus amigos mas cercanos, llegando al punto de convertirlo en el chiste del momento, o en la broma cotidiana. No decirle nada a la persona con quien vives, duermes, y compartes hasta tu mas intimo aliento, es cortar con el proceso evolutivo de crecimiento de los dos, llegando a distanciarlos en vez de acercarlos como uno solo.
No debemos callar, debemos decir siempre la verdad, es mas fácil que mantener una mentira, porque si no se dice lo que nos molesta, es lo mismo que mentir, y siempre estarás fingiendo agrado, mientras por dentro vives en desagrado. No sientes que estas siendo tirano contigo mismo. Hay que pensar en como me siento, y como quiero estar, tu tienes la elección
bellezaconluzariosmaquillajepermanente DIFUMINADOdeLuza Ríos>