Otro de los momentos en que siento esta sensación es cuando me siento mimada, ahí también experimento esto de lo que te hablo.
Te cuento la historia: Vanessa y Sonia. Son dos mujeres emprendedoras que decidieron luchar por sus sueños. Arriesgar y sentir el cambio, salir de la facilidad de su rutina para crear, crear bienestar, y es que a veces el cambio es lo mejor que nos puede pasar.
Ellas han creado un lugar cuidado (Centro Médico Estético San Sebastián), unas profesionales muy bien seleccionadas y unos productos, que una vez probados, puedo calificar de excelentes (La Biosthetique).
Me escribieron tímidamente preguntándome si quería colaborar con ellas y ahora, una vez probado, como me alegro de aquel sí, he ganado unas amigas y han ganado una clienta.
Siempre he cuidado mucho mi piel, y es ahora cuando empiezo a ver los resultados, supongo que "el prevenir" ha ido ayudando, pero cuando alcanzamos cierta edad los cuidados deben ser más concretos.
Allí, en su clínica, han trabajado para identificar mi tipo de piel, y una vez conocida, están utilizando los métodos adecuados para mejorarla.
Te aseguro que la piel me ha mejorado, pero la sensación de la que os hablaba al principio del post no es sólo la de tocarme la cara y sentirla suave, ni la de mirarme al espejo tras la sesión y ver mi expresión totalmente relajada, es la de saber que tú eres especial y mereces esos mimos que tanto nos empeñamos en dar y tan poco en recibir.
La experiencia os la recomiendo, y ya no como colaboradora, si no como clienta.
Los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina, pedir que te mimen es un buen regalo.