En la sociedad en la que vivimos, el cuidar más nuestro aspecto es imprescindible, no ya sólo para conseguir acercarnos a ese ideal de belleza, sino para sentirnos mejor con nosotros mismos. Sin embargo, con el paso del tiempo, nuestra imagen se va deteriorando. Afortunadamente, hoy en día contamos con multitud de técnicas cosméticas y tratamientos médicos que pueden mejorar el envejecimiento sin necesidad de recurrir a la cirugía.
De hecho, los porcentajes de personas que apuestan por los procedimientos estéticos no quirúrgicos cada vez son mayores. La amplia oferta, tiene mucho que ver en esto.
Inyecciones de juventud
Combatir las arrugas es la principal preocupación estética de muchas personas, tanto hombres como mujeres, que ven cómo el paso del tiempo hace mella en su aspecto. Pero luchar contra esto no es algo imposible gracias a tratamientos como el Botox, una sustancia inyectada que consigue estirar la piel y que en muy pocos años ha conseguido abrirse un gran hueco en el mercado de la belleza.
Junto a éste, cabe resaltar también los rellenos faciales tridimensionales, una técnica que, según el Instituto Médico Láser (IML), puede eliminar los surcos de las arrugas, otorgar una nueva proyección al pómulo o aumentar el volumen de unos labios finos y poco definidos.
Por otro lado, la mesoterapia con ácido hialurónico, el componente de nuestra piel responsable de la densidad de nuestros tejidos, utiliza esta sustancia para recrear un ambiente fisiológico óptimo que pueda devolver a nuestro rostro esa juventud perdida. Este tratamiento es muy eficaz en el acto, pero sus efectos son muy reducidos en el tiempo, por lo que se emplea sobre todo para ocasiones especiales, explica la doctora Josefina Royo, directora del IML.
Dentro de nuestra propia piel
En la investigación de los especialistas en medicina estética, se encuentra el objetivo de crear técnicas cada vez menos invasivas y que respeten mejor el equilibrio natural de nuestra piel. De los esfuerzos de los expertos han nacido tratamientos con resultados espectaculares.
El primero de ellos es la bioestimulación cutánea, un procedimiento que aprovecha los factores de crecimiento de nuestras propias plaquetas, comenta Royo. Para ello, se extrae una pequeña cantidad de sangre y se vuelve a inyectar. Con esto se produce una reactivación de las células que producen el colágeno, añade la experta.
Por último, cabe destacar la eficacia del Rejuveflex, un tratamiento desarrollado por el propio IML y que está pensado para aquellas personas que no se quieren operar afirma la doctora. Se realiza con agujas muy finas que permiten infiltraciones justo donde se necesitan, pudiendo así atacar tanto a las arrugas más profundas como a las más superficiales.
En definitva, el sector de la medicina estética cada vez avanza más para la comodidad de un cliente que busca mejorar su aspecto sin que su físico se vea realmente modificado.