El secreto de una piel sana y bonita está en cuidarnos tanto interior como exteriormente, una buena alimentación y una buena rutina diaria de limpieza e hidratación nos asegura un cutis radiante. No es necesario invertir una gran cantidad de dinero en mascarillas profesionales, puedes realizarlas tú misma de forma casera ¿quieres saber cómo? Sigue leyendo.
Tipos de mascarillas
Existen multitud de mascarillas en función del tipo de piel o de los resultados que queramos obtener, a continuación te mostramos algunas de ellas.
Mascarilla efecto tensor
Se aplica húmeda y al secarse provoca un efecto tensor que favorece la circulación sanguínea y la nutrición celular.
Mascarilla efecto reafirmante
El método de aplicación y el efecto es el mismo que el mencionado anteriormente.
Mascarilla hidratante
Crea una barrera de protección en la piel que evita la evaporación superficial del agua presente en la piel, lo cual favorece la hidratación y reafirma las líneas de expresión y pequeñas arrugas.
Mascarilla exfoliante
Mediante macropartículas elimina las células muertas y la suciedad de la piel.
Mascarilla estimulante
Favorece la nutrición de los tejidos gracias a la estimulación de los vasos capilares superficiales.
Mascarilla renovadora
Elimina las células muertas y acelera la renovación celular.
Mascarilla efecto aclarante
Elimina manchas y pecas mediante la absorción de exceso de melanina.
A continuación te mostramos cómo elaborar algunas de las mascarillas más comunes.
Exfoliantes
Mascarilla de miel, almendras y limón
Para esta preparación necesitarás una cuchara sopera de miel y dos almendras, tritúralas hasta obtener un polvo muy fino y mézclalo con la miel. Añade una cucharadita de zumo de limón y aplícalo en tu rostro mediante suaves masajes circulares. Déjalo secar durante 15 minutos y retira la mezcla con agua tibia.
Mascarilla extra suavidad
Para elaborar esta mascarilla se necesita media taza de avena licuada o machacada, media cucharadita de miel, dos cucharadas de leche, dos gotas de aceite de geranio y dos gotas de aceite de manzanilla. Mezcla bien todos los ingredientes y aplícala mediante masajes circulares, déjala durante 15 minutos y retírala con abundante agua tibia. En el caso de tener la piel grasa, añade 5 gotas de zumo de limón.
Mascarilla de miel
Tan sólo necesitas aplicar miel de forma uniforme por todo tu rostro y dejarla reposar durante 15 minutos, posteriormente retírala con agua fría.
Hidratantes
Mascarilla de plátano
Gracias a su alto contenido en agua es una opción ideal para hidratar tu piel. Utiliza un plátano maduro y aplástalo hasta obtener una pasta, aplícala sobre tu rostro y cuello y déjala durante 15 minutos. Retira la mascarilla con abundante agua fría para activar la circulación sanguínea.
Mascarilla de pepino
Pela un pepino y muélelo hasta que quede una pasta. Aplícalo en tu cara y retíralo con abundante agua fría. Esta mascarilla resulta ideal para jornadas de playa en las que has tomado mucho el sol ya que refresca la piel y la mantiene hidratada.
Ya no tienes excusas para mantener tu piel sana e hidratada, ¿te animas a probar alguna?