La gran herramienta de maquillaje que resalta nuestros puntos de luz más bonitos, simula una piel hidratada, que necesitas este verano. Mira nuestro manual de uso, sobre cómo aplicar el iluminador.
El producto de belleza que tuvo su boom hace unos años, está más presente que nunca en verano. Con la llegada del calor, decimos adiós a la piel matificada y optamos por ese aspecto glowy, que simula una hidratación perfecta de la piel. Especialmente indicado para pieles secas, que no presentan brillos de ninguna de las maneras, el iluminador es la herramienta de maquillaje perfecta para resaltar aquellos puntos de luz que tanto nos favorecen.
Sigue bajando para conocer un manual paso a paso, con sus diferentes técnicas, fórmulas y métodos de uso.
ILUMINADOR EN DIFERENTES TEXTURAS, POLVO, CREMA y LÍQUIDO.
Iluminador en polvo.
Es el más popular entre los amantes del maquillaje, ya que es el formato más evidente de todos. Este tipo de iluminadores se aplican con brocha, aunque para zonas como el lagrimal, puedes aplicarlo con el dedo corazón muy suavemente.
Cómo y dónde aplicar el iluminador en polvo.
Como hemos dicho, el iluminador en polvo es el que más capacidad de pigmento tiene normalmente.
Este se aplica con una brocha pequeña, en los siguientes puntos de la cara: A ambos lados de las sienes muy sútilmente, en el alto del pómulo, en el tabique nasal, en el lagrimal y en el arco de cupido.
Iluminador en crema.
Al contrario que el formato polvo, los iluminadores en crema o bálsamo tienden a ser más sutiles. Puedes usarlos por sí solos para un look más natural o usarlos como base que luego fijarás con un iluminador en polvo.
Al ser en crema, no terminan de asentarse con la piel y su duración no está garantizada. Pero si lo que quieres es un aspecto natural y con ese brillo que simula una hidratación poderosa en tu piel, este es el tuyo.
Cómo y dónde aplicar el iluminador en crema.
Perfectamente viable para las mismas zonas en las que aplicas el iluminador en polvo.
Para un aspecto más natural, coge un poco de producto con el dedo anular y aplícalo en el tabique nasal, en el alto del pómulo y en la nariz de forma delicada. Parecerá que el brillo te viene desde dentro de esa piel bronceada.
Iluminador líquido.
Este está a caballo entre los dos anteriores, en polvo y en crema/bálsamo.
Los iluminadores líquidos, tienen más potencia que los que son en crema pero no se asientan igual de bien que lo hacen los que son en polvo.
Este es el formato más difícil de trabajar ya que tiende a secar rápido y hay que difuminarlo con mucha prisa para que no se queden parches demasiado evidentes.
Cómo y dónde aplicar el iluminador líquido.
Mi herramienta favorita para hacerlo en con una esponja o brocha. Lo mejor que puedes hacer es aplicar unas gotitas pequeñas sobre una de estas herramientas e ir aplicando por las zonas estratégicas a toquecitos y rápidamente (pues se seca muy rápido).
Al principio verás que la luz que irradia es muy evidente, pero cuidado, tendrás que sellarlo después, con uno en polvo para que te dure mucho más tiempo.
Con qué brocha aplico el iluminador.
Por un lado, aplicaremos el iluminador en polvo con una brocha pequeñita y no demasiado tupida, para que no coja exceso de producto innecesariamente (y parezcamos una pequeña bombilla).
Por otro lado, usaremos las de tipo sintético o esponjas para los iluminadores líquidos y usaremos el dedo para las que son tipo bálsamo, fácil, no?
No usaremos el mismo iluminador en invierno que en verano, con la piel más bronceada.