Quienes hemos hecho dieta alguna vez, hemos notado que al bajar de peso nuestro cuerpo comienza a reducir de tamaño, pero muchas veces no conseguimos reducir de la cintura, del abdomen, las caderas o las piernas, por lo que podemos recurrir a tratamientos corporales para ayudarnos a eliminar la grasa de las zonas difíciles, pero también a tonificar la piel y a eliminar la celulitis ganada por el aumento de peso.
Entre estos tratamientos destaca la cavitación ultrasónica, que consiste en una máquina de ultrasonidos que da masaje en las zonas deseadas, creando burbujas microscópicas en las células adiposas para destruirlas y hacerlas líquidas, de modo que sea fácilmente eliminada por el organismo mediante el sudor y la orina.
Muchas personas cuestionan la efectividad de dichos tratamientos debido a que no alcanzaron resultados con ellos. El secreto del éxito con los tratamientos corporales radica en la constancia, pero no sólo en las sesiones, también es importante mantener una alimentación balanceada, ya que podemos volver a absorber la grasa eliminada por la aparatología; beber mucha agua también potencia los efectos de la cavitación, pues ayuda a desechar la grasa acumulada.
Sin embargo, no debemos engañarnos: si tenemos un volumen de tejido adiposo muy alto, debemos someternos a un régimen de alimentación estricto, hacer ejercicio y complementar con los tratamientos corporales; en algunos centros de belleza, los que cuentan con especialistas, suelen brindarse dietas especiales para ayudar al organismo a eliminar la grasa.
Lo mejor de estos tratamientos es que no se requiere de pastillas ni de cirugía, ya que no son invasivos y no requieren tiempos de recuperación. Basta con cambiar algunos hábitos de vida y seguir al pie de la letra las indicaciones del profesional.