- Mira la composición de la prenda en la etiqueta. Los tejidos de calidad tienen más fibra natural y resisten mejor los lavados y procedimientos de limpieza.
- Evalúa el aspecto general. Los fruncidos y plegados en cuellos, puños, o las cinturillas indican que el artículo está mal hecho. Las puntadas de los extremos deben ser lisas y uniformes, los cierres deben ser sencillos y estar ocultos.
- Compruebla los botones, ojales y cierres. Los ojales protuberantes son una mala señal; los cierres deben ser sencillos, ajustados y adecuados a la prenda, y los botones deben estar bien cosidos.
- Revisa los dobladillos. Es la parte menos visible de la ropa, y debe ser invisible. Un dobladillo que se enrolla o está torcido es un aviso de que la tela y la prenda han sido mal cortadas.
- Atención a las costuras. Tienen que ser iguales y pequeñas, y también las puntadas. Las largas desiguales, cortas, insuficientes o "con montañitas" quedan peor cuando te pones la ropa.
- Palpa los acabados. Dale la vuelta al dobladillo y comprueba cómo está cosido, así como las costuras. La costura bien terminada no se deshace y el dobladillo generoso permite retoques y contribuye a que la prenda tenga buena caída.
Un beso.
Mónica