El primer paso es peinar tus cejas en el sentido en que crecen. Posteriormente, pasaremos a cortar aquello que sobra con unas tijeras. Este paso permite que la ceja se vea más bonita y sea más fácil a la hora de maquillarla. Lo siguiente que debemos hacer es, con la navajita o las pinzas, depilar el vello que sobre, tanto por la parte superior, como por la inferior, para dejar la ceja más precisa.
Una vez tengamos la ceja definida, procederemos a maquillarla. Para ello, lo primero que hay que hacer es rellenar los huecos sin vello con un lápiz. Empezaremos por la zona más cercana a la nariz. Para fijar el lápiz utilizaremos una sombra, uno o dos tonos más claros que el color de nuestro pelo. El color más oscuro lo utilizaremos en la cola de la ceja y el más claro en el inicio.
Para calcular la longitud ideal de las cejas, cogemos el lápiz y hacemos una diagonal que una la aleta de la nariz con la parte externa del ojo.
El siguiente paso es difuminar la cabeza de la ceja para conseguir un acabado natural. Uno de los errores más frecuentes es dejar esta parte cuadrada y, si os dais cuenta, el vello de nuestra ceja va de menos a más y este es el efecto que debemos conseguir.
Por último, para limpiar los excesos utilizaremos un corrector. No se trata de marcar la ceja, sino de eliminar lo que haya podido sobrar. Una vez aplicado, lo difuminaremos y peinaremos la ceja para darle un acabado natural.
¡No dudéis en contarnos cómo ha ido vuestra experiencia!