De este modo lo que se consigue es tener una mirada algo más atractiva ya que tenemos que tener en cuenta que este tipo de operación no deja de formar parte del sector de las intervenciones estéticas por lo que, salvo caso de fuerza mayor que hay que decir que son una minoría, no someterse a ella no supone problema alguno.
¿En qué consiste la blefaroplastia asiática?
A pesar de que ya hemos hablado en esencia de lo que supone esta intervención, a continuación vamos a entrar un poco más en detalle para conocerla un poco más en profundidad y saber qué implicaciones puede tener en función del paciente.
El principal objetivo de esta variante de blefaroplastia es proporciona un pliegue en el párpado superior del ojo. De este modo se consigue tener lo que se conoce como una mirada occidental. Algo que ratifica lo que ya hemos comentado anteriormente y que nos hace entender que se trata de una intervención estética.
¿Cuál es el procedimiento?
Hay que decir antes de nada que este proceso se trata de un proceso que puede considerarme como rápido y sencillo al menos en la inmensa mayoría de los casos que se han estudiado hasta la fecha.
Para ello, lo que se hace es extraer un poco de tejido subcutáneo, de alguna zona de nuestro cuerpo en la que sobre algo de piel. A partir de ese momento, y junto con algo de grasa para aportar más naturalidad, se inserta esta porción de piel en la parte superior del párpado creando el pliegue anteriormente mencionado.
Recuperación de la intervención
Ya hemos avanzado que la blefaroplastia asiática es un proceso que puede considerarse sencillo al punto de que se encuadra dentro de las intervenciones de cirugía ambulatoria. Esto nos indica que no requiere de ninguna clase de anestesia general por lo que se puede llevar a cabo con algo de anestesia local sin ninguna clase de problema.
Hay que decir también que a pesar de que la recuperación se lleva a cabo sin dificultad en una semana aproximadamente, los primeros días podemos tener una sensación extraña ya que el nuevo párpado debe adquirir la movilidad adecuada. Esto lo que hace es que en las primeras jornadas la ubicación del párpado sea algo superior a lo que nosotros habíamos imaginado. Una ubicación que se corrige con el paso de los días hasta que alcanza su posición natural.
Durante el proceso de recuperación nuestro ojo puede irritarse e incluso puede hincharse y tornarse en un color morado o azulado incluso. Sin embargo, esto no es preocupante ya que estos signos irán desapareciendo con el paso de los días y a medida que la sangre circule por esa zona de manera habitual. Además, salvo en casos extremos, es un proceso que no conlleva ninguna clase de dolor.
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