Ya cuando cumples 30 años, siempre pesa, y mucho. Es una realidad que tiende abrir diversas puertas a nuevas experiencias, y sobre todo, disfrutes que debes valorar. A los treinta una mujer ya ha llegado a la madurez física, mental, emocional, laboral, económica y mucho más. La belleza superflua deja de ser lo más importante, cultivar la belleza interna la hace más atractiva, además de que la seguridad personal está a flor de piel.
La independencia económica, la autoridad en opinión y el gusto de consentirse, son tan sólo algunos beneficios más de llegar al tercer piso. Y como tal, la treintañera refleja en su imagen todo el pedazo de mujer que es. Para ello, te presento los tips y outfits propios de una mujer con tanto poder. No te preocupes, no tienes que parecer doña, pero tampoco estás en época de experimentación pueril. Madurez, jovialidad y elegancia son palabras que estarán en tus prendas de ahora en adelante.
1. Tienes el poder, invierte en ropa de calidad. Puedes empezar con un par de cosas, como un bolso clásico tal vez.
2. Apostar por el negro. Sinónimo de elegancia y neutralidad, lo puedes combinar con cualquier color como acento a tu prenda, además que es apto en cualquier momento del día.
3. Los labios rojos. Ya no temas usar ese color en toda ocasión y hora del día, ese toque de color te marcará la belleza y hará que más de una persona perciba tu seguridad.
4. Acepta que no todas las tendencias que te gustan son para ti. Es cierto...¿qué importa lo que piensen los demás? Pero la imagen importa y más si quieres que te respeten. Para ello habrá que madurar la forma de vestir… Pero no te equivoques, si hay algo que no puedes soltar, no pasa nada, sólo aprende a usarlo, te lo dice la amante número 1 de las converse y ya he pasado al tercer nivel.
5. Sé sexy sin pretenderlo. Ya conoces tu cuerpo, ya sabes qué resaltar, qué disimular, no son necesarias demasiadas transparencias, ni mini shorts, ni faldas que parecen cinturón ancho, ni enseñar el tamaño de tus pechos para ser sensual, déjalo a otras generaciones, lo tuyo es la sensualidad sutil, elegante, femenino, empoderado.
6. No abuses de brillos, ni accesorios. Estos elementos pueden ser completamente favorecedores siempre y cuando se utilicen con moderación. Lo ideal es no combinar prendas brillosas con accesorios llamativos.
7. Apela a prendas que no pierdan vigencia con los años. Es el momento de atesorar un bolso y una cartera que sean un legado para las siguientes generaciones, una fragancia que te identifique, un color de labios preferido, una joya que no se oxide y unos zapatos clásicos. Otras apuestas seguras serán un conjunto de ropa interior de tela fina, una gabardina, una camisa blanca y un traje pantalón.
8. Conserva un estilo femenino. Tu vida ha cambiado, ya sea que haya llegado la maternidad, hayas aumentado unos kilos ,o estés llena de trabajo, no caigas en el grave error de descuidarte y lucir despreocupada y desaliñada. La autoestima y tu bienestar es fundamental y un buen outfit contribuye a creértelo.
El hecho de volverte más discreta y previsora no quiere decir que tengas que dejar de experimentar y divertirte con la ropa. Al contrario, arriesgarte es parte de los treinta y queda una puerta abierta hacia nuevos estilos y experiencias. ¡Qué esperas para empezar a vivir!
Me despido con el consejo número 42, de un artículo que leí recientemente, proveniente de una mujer de 60 años para una mujer de 30: “A los 30 te haces mujer. Aprecia tu belleza.”