Lo primero es saber reconocer qué tipo de cabello tenemos, hay 4 tipos de cabello fácil de reconocer:
Normal: un cabello que aparentemente se ve sano, suelto, con brillo, suave y con volumen.
Seco: propenso a tener puntas abiertas, sensible, normalmente con el cuero cabelludo irritable y problemático. Éste tipo de cabello no tiene brillo ni movimiento.
Graso: se ve aplanado, sin volumen, apelmazado, aceitoso sobre todo por la zona de las raíces.
Mixto: mezcla entre los 2 anteriores, con las puntas secas y las raíces grasas. Tanto en el cabello mixto como el graso, el cabello dura limpio muy poco tiempo, se ensucia enseguida, el peinado aguanta poco tiempo.
Hay varias razones por la que podemos tener un cabello graso, por ejemplo, tener una mala alimentación con exceso de grasas, el estrés, un cuidado no adecuado o cambios hormonales como el embarazo o la adolescencia entre otros.
Hoy os voy a listar unos consejos fáciles y prácticos con los que podrás mejorar el estado de tu cabello si tu problema es el exceso de sebo o grasa:
Lava tu cabello siempre que haga falta, no abuses, puede no ser necesario lavarlo todos los días, pero siempre que esté sucio y graso, lávalo.
Cuidado con la temperatura del agua, no la uses muy caliente, tampoco muy fría, lo ideal es hacerlo con agua tibia.
Usa productos especiales para cabello graso, en el caso del champú, no eches demasiada cantidad de producto, masajea con la yema de los dedos y deja la espuma actuar durante un par de minutos. Después, aclara bien con bastante agua tibia.
Es aconsejable alternar el champú anti-caspa con uno con PH neutro, para ir equilibrándolo sin resecar el cuero cabelludo.
En cuanto al acondicionador, te aconsejo un producto bifásico (los que tienen 2 productos líquidos, de dos colores diferentes, que se tienen que mezclar hasta conseguir un producto homogéneo) al ser un producto líquido, no aportará más grasa como puede pasar si aplicamos uno en crema.
Utiliza mascarilla como mucho 1 vez a la semana (mejor cada 15 días) y solo en medios y puntas para que la raíz no se vea afectada.
Al retirar el exceso de humedad con la toalla, no frotes, tan sólo cubre el cabello y presiona suavemente con las manos. Lo ideal es que utilices una toalla o paño de algodón.
Si utilizas secador, hazlo a la temperatura más baja posible, para no estimular las glándulas sebáceas.
No te toques el cabello más de lo justo, en las manos también tenemos grasa e impurezas que podemos llevar al pelo y al cuero cabelludo ampliando el problema.
Cepilla el cabello dos veces al día, al levantarte, y antes de acostarte, para eliminar la suciedad que el día a día nos aporta y las células muertas, restos de productos y demás.
Mejora tu dieta minimizando las grasas y mejora tu estado de vida. Esa mejora también la verás reflejada en tu pelo.