Ya se acaba este 2016 y me he dado cuenta de que ha sido un año muy especial para mí. Han pasado multitud de cosas, tanto buenas como malas, como todos los años, pero algo dentro de mí ha cambiado, y es lo que lo ha hecho distinto.
Ha sido un año de cambios, de aprender, de redescubrirme a mi misma y de darme cuenta de todo lo bueno que tengo alrededor.
Me he dado cuenta de que nada te puede hundir si tú no quieres. Que puedo con más de lo que pensaba. Que mientras me valore a mi misma y este feliz, todo esta bien.
También he aprendido a valorar los pequeños detalles, el calor de los rayos de sol en invierno, el olor a tierra mojada los días de lluvia, el sonido de las hojas al pasear en otoño... Pueden parecer tonterías pero... ¿a quién no le gusta?
Que no todo es tan malo como parece, que a veces lo bueno viene disfrazado y sólo hay que saber verlo. Que de todo se aprende, que todo lo malo viene con algo bueno, y que todo lo que se va da paso a nuevas oportunidades.
Que al final, aunque me agobie porque todo parece un caos, las cosas acaban cuadrando, y si no cuadran ya buscaré una solución! Que no me tengo que preocupar tanto por las cosas, que todos los problemas se solucionan.
Y por último, aunque no acabe el año rodeada de la misma gente con la que lo empecé, solo puedo decir que lo he acabado con los mejores. Con mi familia y con mis amigos, con gente que este año me ha demostrado muchísimo, gente con la que me siento afortunada de poder contar.
Y a ti, 2017... que vienes cargado de cambios, de experiencias, que vas a cerrar mi etapa universitaria, y con suerte comenzarás mi etapa laboral... se que vas a ser increíble!
¡Feliz año a todas!
Muaaaaaaaaaaaks!!!