Creo que es una de las frases más oídas en mi día a día. Y así es, hacemos malavarismos para poder llegar a ser esposas, madres, trabajadores, bloggeras y estilosas; pero el tiempo es limitado...Te levantas a las 6:30h, cada día tardas más en arreglarte, ¿será que cumplir años te está haciendo ir más lenta? No, creo que el problema es que cada vez hay más que restaurar cada mañana, es lo que tiene hacerse vieja (entre otros)?
- Ops! la camisa está arrugada, si me da tiempo la plancho antes de salir,
- Uy, se me ha saltado el esmalte de una uña! Si me da tiempo lo retoco antes de salir
- Ay qué pelos! Hoy tengo que alisarlo bien que encima llueve y con esta humedad se me electrocuta.
Desayunas de pie mientras preparas tu comida, la merienda del enano, la mochila de cada uno de ellos, cuidado que hoy Rex tiene piscina! La premerienda para cuando salen del agua, miras el Instagram para ver si hay alguna glamourosa paseándose por ahí cargada de estilo y de paso puedes coger alguna idea antes de salir de casa.
Y cuando ya te metes al baño a empezar con la restauración llora mini Leo, intentas calmarle para ver si se vuelve a dormir y retomas tu ritmo pero no hay manera; te lo llevas a tu lado e intentas arreglarte mientras haces mil carantoñas hasta que llega la maravillosa chica que se queda en tu maravillosa casa con tus maravillosos hijos cuando tú te vas a trabajar a tu MARAVILLOSO trabajo. Has salido tarde, no te has planchado la camisa, vas con las uñas a medias y el pelo como has podido, con lo cual llegas a la oficina un poco zarriosa, pero tú te tienes que creer divina para seguir manteniendo tu imagen.
Llega la tarde, sales y vuelas con el coche para recoger a los niños del cole, los llevas a clases extraescolares, juegas con Mini Leo para que desarrolle bien sus capacidades (esto lo has leído en algún lado y tienes que hacerlo) no les dejas ver mucho la tele ni jugar a la Tablet ni a la Wii ni a nada que tenga pantalla para que aprendan a desarrollar su creatividad (y de paso te persigan diciéndote que se aburren y que juegues con ellos) tú lo intentas, siempre a la vez que haces la comida, doblas la ropa tendida, preparas otra lavadora y mantienes la calma porque empiezas a estar realmente cansada.
Llega el pariente, ¡por fin refuerzos! y empiezan los baños, las cenas, los cuentos, el mamá no me puedo dormir, cantar nanas y dar mil besos de buenas noches para que tus hijos estén tranquilos y puedan descansar. Realmente eres buena madre.
Y como soy super guay y además de todo esto tengo un blog (y quién no hoy en día?), ahora, que por fin podría sentarme un rato en el sofá a ver una peli, leer o simplemente charlar con mi pariente, no! Me siento delante de la pantalla del ordenador a preparar post, promocionar los anteriores, revisar redes sociales, ver otros blogs y leer mil historias de cómo conseguir que tu blog crezca y sea un super blog?
BASTAAAAAAAA!!!!!! ¿Pero no ves que no puedes ser siempre la mejor en todo? Esta sociedad nos está machacando haciéndonos creer a todas que podemos ser SUPER MADRES y sí, podemos serlo, pero no de la forma en la que nos lo exigimos.
Y en esto estoy, en intentar cambiar mi forma de vida para poder disfrutar de cada uno de los momentos sin estar agobiándome porque no llego al siguiente.
Quizá en las últimas semanas he conseguidos cambiar algunas cosas y lo agradezco y de cómo poco a poco lo estoy cambiando es de lo que me gustaría empezar a hablaros en el blog.
Muchas cosas para hacer, la cabeza a mil por hora y los días sólo de 24h. ORGANIZACIÓN, necesito organizar mi tiempo, y si os apetece, os invito a que lo hagáis conmigo, metas que propondré y ver si somos capaces de alcanzarlas. ¿Me acompañáis para conseguir llegar a sentir que #nosoyunasupermadre?
Deberes para la próxima semana: Comprad una libreta bonita porque esa será nuestra fiel aliada