Hoy quiero sincerarme contigo y compartir un sucesoque, desde hace un tiempo, empieza a convertirse enuna tónica habitual en mi Instagram. Y digo mi, por respeto a generalizar algo tan feo como es el acoso en Redes Sociales. Sin ir más lejos, el sábado decidí compartir a través de Stories, las compras que hice en Turquía. Tras una hora aproximadamente, contestando mensajes privados de manera natural resolviendo dudas, comenzaron a aparecer ciertos perfiles sospechosos. Ya me entiendes, de privacidad cerrada y sin
ninguna fotografía posteada.
Sé que esto resulta contradictorio para una persona que predica la positividad como es mi caso, sin embargo, las ganas de compartir en Instagram.l.