Que no os engañe la imagen: estaba hasta los topes. Lo que no sé deciros es si había más perros que personas, para empezar diciéndoos algo .
No sé si habéis ido alguna vez a una playa canina pero todas tienen sus normas. Las de esta playa en concreto las tenéis aquí.
Pasamos un par de horas allí, no más, simplemente porque a nuestros perros no parecía gustarles demasiado la idea . Les costaba entrar en el agua y salían corriendo en cuanto veían una ola llegar.
Con esta foto os presento a Hera, nuestra rebelde sin causa, medio podenco medio galgo. A Osso, nuestro pastor alemán, fue imposible hacerle ninguna foto ya que no paraba quieto - aquí tenéis una foto de él si queréis conocerle. Adoptamos a ambos en septiembre del año pasado.
Nosotros en ningún momento los dejamos sueltos porque era la primera toma de contacto que tenían con el mar y con otros perros desconocidos para ellos, así que preferíamos prevenir, la verdad. En cambio allí la mayoría de canes andaban sueltos y no os voy a engañar, daba gusto ver cómo correteaban y jugaban en la orilla de la playa. Espero que algún día consigamos que los nuestros disfruten igual.
Nos gustó bastante la cala y el ambiente que había, aunque pondré dos pegas: la cantidad de rocas y la poca protección para los perros de cara a la carretera. Un cercado creo que vendría bastante bien.
Obviamente hay que mantener la playa lo más limpia posible (y digo obviamente porque ya sabéis, no todo el mundo actúa como debe) así que nos llevamos un dispensador de bolsas de Earth Rated para contribuir con ello y no dejar en la playa nada que no debamos . Es muy fácil cuidar el entorno y tenemos muchos medios, ya véis.
Repetiremos cuando baje un poco la temporada y haya menos gente para intentar que nuestros perros cojan más confianza con el mar. Si os gusta salir con los vuestros y sois de por aquí, os recomiendo que vayáis a pasar un rato guay a esta cala si no la conocíais ya .
¡Feliz martes!